Fuertes correcciones en activos de riesgo: un baño de humildad para el inversor centennial más avezado

A raíz de las fuertes caídas generales en bolsa que estamos asistiendo ya desde finales de noviembre e inicios de diciembre, y más aún desde la primera semana de enero, este fin de semana el Financial Times publicó una gráfica muy ilustrativa que compara el performance entre los fondos de Ark, de Cathie Wood, que están orientados hacia el corto plazo no sólo en activos growth, fundamentalmente del Nasdaq, como Tesla, sino que invierten incluso en Bitcoin; y los de Berkshire Hathaway, de Warren Buffett, que tienen una orientación típicamente value de largo plazo y que, aunque mantenga su principal posición en Apple, invierte en una diversidad de empresas que son más típicas del Dow Jones y el S&P 500.

Lo primero a observar en esta sencilla gráfica es que muchos inversores, sobre todo individuales y típicamente millennials y centennials -Wood no es precisamente uno de ellos, pero su estrategia y actitud lo parecen- que no han experimentado nunca un crash de los mercados, sino apenas algunas correcciones en los últimos 12 años, se están dando un baño de humildad. Ya ni qué decir lo que sucedería si esto se tratara realmente del inicio de un cambio de tendencia, un auténtico crash.

Uno de los activos de inversión que más habría estado dando la razón a estos inversores es el precio máximo de $68.500 que Bitcoin alcanzó en noviembre de 2021 antes los datos mensuales de inflación reportados en EEUU y el resto de las primeras economías del globo. Este precio, incluyendo otros picos anteriores, les ha servido a muchos inversores que siguen la misma filosofía de Cathie Wood, lanzarse a ridiculizar y hacer mofa -además de muchos memes- incluso de Warren Buffett, ampliamente reconocido como el mejor inversores de todos los tiempos, hoy con 91 años de edad: “está viejo, perdió el toque, no sabe de tecnología”, etc.

Sin embargo, además de que ya empezamos a ver un giro de la inversión en activos growth hacia activos value hace varios meses, y más aún a inicios de 2022, ahora los mercados en conjunto están cayendo, pero sobre todo las FAANG del Nasdaq y todo el espectro crypto, que ha borrado ya $130.000 millones de su mercado solamente en las últimas 24 horas, empezando por Bitcoin, que ha caído hasta los $32.500, un 50% desde sus máximos de noviembre.

El enigma que constituyen las últimas caídas

¿Qué es lo que está sucediendo? Cathie Wood incluso ha tenido el tupé de decir que la burbuja se encuentra en los activos value, es decir, en todos aquellos activos donde Berkshire y Buffett invierten.

Sería muy interesante saber también qué tan bien le está yendo a otro inversor legendario del value como Bill Miller, de quien se supo muy recientemente que había apostado nada menos que el 50% de su patrimonio, pero mientras esto no suceda, el hecho de que Bitcoin no se mantenga ni se dispare ante los datos de la inflación en máximos de 30 o 40 años, y mientras los bancos centrales se encuentran estimulando como nunca en la historia, sino que incluso se desplome un 50% desde máximos de noviembre, es ciertamente desconcertante para los maximalistas del Bitcoin y los religiosos de Tesla e incluso las FAANG, como Wood.

Es igualmente desconcertante que el Nasdaq sufra semejante corrección sin que la Reserva Federal se haya pronunciado todavía sobre su estrategia del año. Habrá que esperar recién a este miércoles para saberlo, pero ¿habrá al menos cuatro incrementos de tasas solamente en 2022? ¿En qué proporción, si acaso sucede? ¿Podría haber cambio de tendencia aún en medio de estímulos y sin incrementos bruscos de las tasas de interés?

¿Y qué está pasando con el oro, que tampoco se dispara?

En este escenario, ha habido quienes -sobre todo maximalistas del Bitcoin- han pretendido encontrar consuelo cuestionando el comportamiento del oro, que, de acuerdo a la teoría básica, tendría que haber disparado su precio ante los datos de inflación, y no lo ha hecho.

El oro no ha subido porque el mercado todavía cree que la Fed tiene el control de la situación, a pesar de haber perdido credibilidad sobre el relato que trató de instalar sobre la inflación. Es decir, todavía cree que existe margen para controlar la inflación reduciendo el ritmo de crecimiento del balance, e incluso realizando 4 incrementos de tasas durante 2022 sin provocar un pinchazo de la burbuja al mismo tiempo. 

Pero más aún, el oro no se ha disparado ante el último dato de inflación en máximos de 30 años, porque las tasas de interés que cuentan no son las nominales que establece la Fed, sino las reales que toman en cuenta la inflación. Sin embargo, también es importante destacar no sólo el motivo por el que el oro no se ha disparado, sino también el motivo por el que no ha caído o se ha mantenido.

Por un lado, porque la gente lo mantiene en el portafolio como un buffer, como un seguro ante cualquier eventualidad, no porque piense que le va a generar las mayores rentabilidades posibles en el actual entorno. De hecho, lo recomendable es que el oro físico no tenga un peso superior al 10% y teniendo en cuenta la composición del resto del portafolio.

Por otro lado, para que el precio del oro caiga la Fed tiene que incrementar las tasas por encima de la tasa de inflación o al menos al mismo nivel. ¿Alguien piensa que este incremento podría alcanzar al menos el 7% solamente en 2022? Así es, no.

Aún así, lo curioso es que ante tanta volatilidad, el precio del oro ha estado subiendo en las últimas horas porque podría haberse iniciado algo más que una corrección, pero todavía estamos asistiendo al desarrollo de los eventos, y ya se verá. 

En definitiva, nada está dicho. Ojalá Bitcoin termine convirtiéndose en aquel activo que todos quisiéramos tener ante la monumental estafa del dinero fiat algún día, pero nada es tan fácil y elemental como como entrar en él all-in o no, o como que si estás a favor de la Civilización si apuestas o no por él, y demás dislates que se han venido escuchando con el pasar de los años.

Yo sería el primero en aplaudir le victoria de Bitcoin, pero siempre he sido un escéptico, y no lo lamento. Yo creo que seguirá existiendo, pero está muy lejos de consolidarse y dejar atrás la volatilidad como para todo aquello que supuestamente ofrece como activo digital, y además reemplazar al dinero fiat. Simplemente no creo en la capacidad del ser humano para crear ex nihilo sus propias instituciones espontáneas y evolutivas. De hecho, siempre que lo ha intentado ha fracasado, y las consecuencias han sido espectaculares y justamente en contra de lo que podría haber avanzado la Civilización de otra manera. Pero ya se nos está yendo la olla.

Por ahora es importante guardar la calma remitiéndose siempre a los fundamentales y esperar con la misma paciencia de siempre por las oportunidades, y ciertamente no de las de WallStreetBets, Robinhood, GameStop y demás, sino lejos de los activos de alto riesgo.

¡Suerte!

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