Aunque se trata de algo de lo que ya hablamos en otra oportunidad, antes de entrar en la materia es importante tener en cuenta que no todas las cuentas que uno puede abrir en distintas jurisdicciones offshore son iguales, que no toda jurisdicción offshore ofrece los mismos servicios fundamentalmente por un tema especialización. Desde luego que existen jurisdicciones que ofrecen prácticamente toda la gama posible de servicios de banca privada offshore, pero es mejor utilizar unas para unas cosas y otras para otras cosas.
Mientras unas jurisdicciones atraen mayor cantidad de capitales para servicios de depósito de, por ejemplo, metales preciosos, diamantes, obras de arte y distintos objetos de valor, hay otras que se especializan más en prestar servicios exclusivamente para hacer trading diario, para hacer inversiones inmobiliarias, para obtener líneas de crédito internacionales, para contratar seguros de salud o de vida internacionales, o para alojar trusts familiares, holdings financieros, y más aún, holdings financieros de aseguradoras, de hedge funds, de fintechs, y más interesante todavía, de bancos digitales, etc.
Al mismo tiempo, así como no toda jurisdicción offshore es una isla desierta en el caribe, no toda jurisdicción onshore es relativamente menos deseable, pues hay muchos centros financieros con una institucionalidad en favor de la propiedad privada suficientemente fuerte, una transparencia fiscal relativamente mayor que en en la residencia fiscal de uno, etc. igualmente atractivas.
Ahora bien, aclarados algunos de los aspectos más importantes al momento de decidir dónde y por qué abrir una cuenta bancaria en una jurisdicción offshore o en determinado centro financiero global, ya estamos en condiciones de advertir lo que se puede esperar de las distintas instituciones que prestan servicios financieros y legales, y asegurarse de esta manera que uno está al tanto sobre cómo funcionan diferentes cuentas offshore en función de ajustarse lo más posible a los objetivos financieros y de protección patrimonial específicos para evitar posteriores frustraciones y malas decisiones.
- Celeridad (o demora) en la apertura de cuentas
Uno de los primero aspectos con los que hay que empezar a controlar expectativas sobre las cuentas offshore es que los procesos para su apertura pueden ser muy rápidos, tanto como un par de días, pero dependerá en gran medida que el cliente tenga suficientemente claro el origen de su fortuna y, por tanto, sea capaz de demostrarlo si acaso existe alguna inspección eventual sobre determinados documentos, ya sea por parte del propio banco como de las autoridades regulatorias que correspondientes.
Este proceso está directa e inextricablemente relacionado al cumplimiento de las normativas internacionales vigentes del Know Your Customer (KYC) para la prevención del fraude, corrupción, lavado de activos y financiamiento del terrorismo.
- Una cuenta bancaria offshore no es barata
Hay muchos casos en los que la apertura de una cuenta bancaria offshore puede ser gratuita. Sin embargo, la exigencia de una inversión mínima que por lo general asciende a millones de dólares.
Más aún, muchas veces, dependiendo de las exigencias específicas de determinada jurisdicción implica, por ejemplo, la posesión obligatoria de una propiedad inmobiliaria importante.
Además, muchas veces el costo de mantenimiento de esta cuenta puede ser elevado también por la necesidad de pagar por el registro legal de la cuenta, que requiere de una serie de trámites burocráticos.
- Revisiones y actualizaciones frecuentes
También sucede que, luego de la apertura de una cuenta offshore con toda la documentación requerida en orden, el cliente comienza a realizar una serie de operaciones o movimientos financieros muy poco habituales o que no realizaba desde un principio, o donde la empresa ha realizado cambios estructurales repentinos ya sea a nivel directivo o ejecutivo, con lo cual, ya sea por precaución o simple trabajo de oficio, tanto el banco como las entidades regulatorias requieren información adicional del cliente.
Es por esto que los bancos se ven en la necesidad -y más aún por requerimiento regulatorio- de realizar revisiones periódicas que pueden intranquilizar al cliente, pero no será radicalmente distinto en ninguna otra entidad ni jurisdicción que se precie de ser seria.
- Suspensión (o bloqueo) temporal repentina
No es lo más frecuente, pero así como sucede con las plataformas de trading o la propia bolsa ante un flash crash del mercado, alguna vez algún banco offshore puede establecer una suspensión temporal repentina de la cuenta debido a movimientos sospechosos o ante el establecimiento de una nueva legislación en el lugar de residencia del cliente, mientras se la aplica y asimila.
- Normativa internacional cada vez más exigente
El proceso de adopción de los criterios del Common Reporting Standard, o del intercambio automático financiero y fiscal, de la OCDE, no sólo que no se ha detenido, sino que, aunque haya habido la sensación de que hubo una relajación, se prepara para seguir avanzando, más aún cuando la economía global se enfrenta a elevados niveles de inflación y una nueva recesión, y los gobiernos se resisten a realizar ajustes y solamente se concentran en financiar sus niveles de gasto más elevados.
No tendría que ser sorpresa el hecho de que el objetivo de incrementar impuestos sobre todo a los más ricos, sea que estos tengan cada vez menores espacios y alternativas para la protección de activos, con lo cual, habrá mayores impuestos, nuevas y mayores exigencias en materia regulatoria con la que habrá que cumplir.
- Suspensión permanente y sin aviso previo
También hay casos en los que los clientes son exigentes y tienen un número de requerimientos específicos que no justifican la cantidad de tiempo y recursos con las que cuenta el banco no cuenta no quiere contar. Es la realidad.
Igualmente, disparar los costos de operación para el banco es lo mismo que no ofrecer oportunidades para generar rentabilidad al banco, entonces éste simplemente decide terminar la relación a falta de incentivos.
Asimismo, tampoco es extraño que el banco simplemente se reserve el derecho de admisión de determinado cliente incluso después de haber abierto una cuenta, y peor aún sin explicaciones, porque no se las debe a nadie realmente.
Si acaso el requerimiento de alguna documentación extra no ha sido cumplido en un período de tiempo razonable, lo cual deja espació para la susceptibilidad, la sospecha y, finalmente, la falta de credibilidad.
- La liquidación de grandes cuentas no siempre es inmediata
En lo posible debe establecerse previamente los niveles mínimos de liquidez requerida para determinada cuenta, sobre todo si se trata de una cuenta de inversión bursátil, pero también por temas de seguridad ante posibles robos, secuestros o casos de extorsión.
- No sirven para evadir impuestos
Nuevamente, una jurisdicción offshore que se precie de ser seria, así como la institución con la que se abre una cuenta, puede ser incluso más transparente que una jurisdicción onshore. Sin embargo, y por si fuera poco, tal vez lo más importante sea recalcar una y otra vez sea que las jurisdicciones offshore (otrora “paraísos fiscales”) no sirven para el lavado de activos o la evasión fiscal, porque quien pretenda utilizarlos con esa finalidad, tarde o temprano serán descubiertos, denunciados y debidamente sancionados de acuerdo a ley.
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