La decisión de la FED y sus interpretaciones

Nada sería que Ben Bernanke busque subestimar la decisión de Stantard and Poor´s (S&P) del pasado viernes para tratar de que todos los mercados bursátiles alrededor del mundo sigan cayendo y queden como otro cuadro más para la posteridad, el problema de su anuncio es que pretende dar la impresión de que lo tiene todo bajo control cuando, por el contrario, no sólo la deuda, sino la inflación y el colapso del dólar son las amenazas más grandes para la economía estadounidense, y que la escuela del intervencionismo de la Reserva Federal pretende sostener “extraordinariamente” hasta 2013.

Pero todavía hay economistas que, luego del rotundo fracaso de los llamados Quantitative Easing (QE) por el que tanto abogaron para generar empleo, dicen que la decisión de Bernanke habría sido la correcta porque es necesario mantener liquidez y crédito en la economía hasta el momento en que los agentes salgan a la calle a consumir por arte de magia.

Y este es el punto más importante del anuncio de Bernanke al asociarlo con la reacción hacia la baja de los mercados bursátiles: en teoría, la tendencia resultó así porque esperaban una nueva y tercera ola de QE para seguir estimulando una economía que jamás se recuperó, cuando en realidad el QE3 ya está aquí de manera implícita al no terminar la FED con el QE2 subiendo las tasas de interés, al menos como una medida ante las caídas bursátiles alrededor del mundo. Eso, por supuesto, es lo que garantiza que la liquidez continúe en el sistema, tal vez no en la cantidad que un Krugman utilizaría para curar la resaca más grande de la historia, pero sí mantiene la inyección dineraria, sino pregúntese usted por qué la cotización del oro continúa subiendo. Si llegara un QE3 de manera formal, será sólo porque la carrera de la reelección de Obama así lo precisa, pues es la única manera en que los demócratas podrían saber si la inflación llegaría o no antes de noviembre de 2012.

Aunque de manera algo más sensata, también hay de los que simplemente dicen que es mejor no atender el teléfono cuando alguien los llamada pidiendo un consejo que ayude a entender la reacción de los mercados, tato ante el anuncio de S&P el viernes como de Bernanke el martes, pero como bien diría F.A. Hayek, “La curiosa tarea de la economía es demostrar a los hombres cuán poco saben realmente sobre lo que imaginan que pueden diseñar.”

El error que Bernanke y sus camaradas cometen es pensar que la economía se trata de un flujo circular, donde el gobierno gasta dinero ajeno a manos llenas, esperando que la demanda impulse el empleo, para nuevamente seguir gastando; pero mientras los adláteres del intervencionismo en Washington llaman “recursos ociosos” al atesoramiento, el ahorro y la búsqueda de activos de reserva de valor como el oro, otros llaman inversiones de mala calidad a la compra de bonos sobre calificados por las grandes agencias, y sobre valorados por las políticas de dinero fácil de la FED.

La diferencia entre unos y otros es, simplemente, que los primeros dicen evitar la caída de la economía, mientras los segundos sostienen que la FED solamente alarga la crisis; que mientras los primeros dicen que las crisis se generan por una contracción del gasto, los segundos aseguran que las malas inversiones que causan los estímulos son las que generan la crisis; mientras los primeros se preguntan cuánto gasto más se necesita, los segundos entienden que los agentes no consumen porque no tienen ahorro qué sacrificar; mientras los primeros buscan que los precios no caigan, los segundos entienden que los precios deben hacerlo para encontrar relación natural con su valor corrigiendo el sistema productivo; mientras los primeros creen en el capitalismo guiado por el consumo, los segundos creen en su sostenibilidad por el ahorro; mientras los primeros se concentran en las consecuencias, los segundos lo hacen en las causas.

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