Es cierto que durante los últimos diez años Bolivia estuvo viviendo un momento verdaderamente extraordinario, pero tal vez no todo el mundo podría tener los mismos motivos para decirlo.
Cuando Evo Morales fue elegido Presidente en 2005, el mundo giró la mirada hacia Bolivia, y quienes manifiestan inclinación por el socialismo no desaprovecharon oportunidad alguna para mostrarse como cómplices y beneficiarios en cuota parte del fenómeno que en ese momento Morales parecía representar.
Uno de los primeros en hacerlo fue el entonces Presidente de Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, quien recibió a Morales en Moncloa tan pronto como en enero de 2006, algo que terminó convirtiéndose en una gira internacional por demás anecdótica y de caricatura, pero cuyo beneplácito a Bolivia le significó, entre otras cosas, el incremento de la cooperación y la condonación sin precedentes de la deuda española.
Pues luego de unos años, y luego de que se manifestara desprecio por los valores de la cultura occidental, se insultara en español al Reino de España, y se pretendiera descolonizar el país cambiando los nombres de las plazas, calles y avenidas más emblemáticas del país, Zapatero ha aceptado la invitación del Gobierno de Bolivia para que destacara sus aciertos económicos: “Estos últimos años han sido muy notables en estabilidad económica, las cifras de la reducción de pobreza extrema son notables. Para mí es el mérito mayor del Presidente Evo Morales”.
No obstante, no habrá que tomar las declaraciones de Zapatero con ligereza. Si se tiene en cuenta su experiencia durante su Administración entre 2004 y 2011, en vez de zalameras, sus apreciaciones sobre Bolivia podrían resultar sintomáticas dadas las estrechas similitudes con España en materia de Política Económica y estructura administrativa territorial.
¿A qué punto llegan tales similitudes? Podría decirse, sin temor alguno a equivocaciones, que España se encuentra en el abismo donde estuvo Bolivia hasta 1985, y que Bolivia vive lo que en España se vivió desde 2004.
Gracias a su complicidad con el Banco Central Europeo, y con un crecimiento del crédito de entre el 20 y 25% anual, como sucede actualmente en Bolivia, durante su primer gobierno Zapatero estimuló una de las burbujas inmobiliarias más grandes de todo Occidente, algo que terminó caracterizando la Gran Recesión desde 2007.
Durante su inicio, claro, las cifras de crecimiento mostraban a España como el gran milagro europeo, pero el mismo año, soslayando los efectos que podría tener la bancarrota de Bear Stearns sobre su economía, el del Partido Socialista Obrero Español afirmaba: “quizás España tenga el sistema financiero más sólido del mundo. La economía española ha entrado en esta legislatura en la Champions League de la economía mundial, mal que les pese a algunos”. Sin embargo, tan sólo 10 meses después, la burbuja explotó, convirtiendo un superávit del presupuesto público del 5% a un déficit del 11%.
Zapatero fue reelegido en 2008 negando la crisis en campaña electoral, pero, en 2009, luego de que además se manifestara la quiebra estructural de las Comunidades Autónomas, emprendió la huida hacia adelante imponiendo el Plan E: la misma batería de medidas que provocaron la crisis. Se trató del segundo mayor gasto público del mundo luego de Arabia Saudita, llevando así a la economía española a hipotecar su futuro con mayor endeudamiento, y la dilapidación del capital que le quedaba produciendo lo que nadie necesitaba, terminó llevando a Zapatero a su renuncia anticipada.
Hoy, en resistencia a modificar la estructura del gasto a manos llenas del auge, hay cerca de 6 millones de viviendas vacías por toda España, autopistas, parques, redes de aeropuertos abandonados y ciudades fantasmas que ilustran las consecuencias de la mala asignación de recursos y la reproducción de la pobreza en una dramática tasa de desempleo que no desciende del 23%.
¿Cuántos zapateros pueden identificarse valorando la economía de Bolivia como un milagro económico perpetuo y no como una gran burbuja más?
Artículo publicado en el PanAm Post y SchiffOro.