Hace tan sólo siete días argumentábamos que devaluar no constituía ningún beneficio en ningún sentido, para nadie; todo lo contrario, terminaba descoordinando toda la estructura productiva de una economía.
Pues bien, los defensores de las políticas inflacionistas en China, así como aquellos en Bolivia que planteaban la mayor devaluación del yuan en más de veinte años como el mejor argumento para devaluar el boliviano, (si ellos lo hacen nosotros debemos hacerlo también) han quedado una vez más en pronta evidencia.
Se suponía que la devaluación del yuan permitiría que la economía china creciera a mediano plazo, incrementando la demanda de materias primas que economías como la latinoamericana en general produce para exportar. La devaluación del yuan tendría que haber generado una inmejorable reacción de las ecpectativas de los mercados.
Sin embargo, y lamentablemente, el largo plazo donde todos deberíamos estar muertos (parafraseando al peor economista probablemente de todo el Siglo XX) está aquí, y ya no hay consecuencias que se puedan seguir postergando a cambio de ser agravadas. La situación no podría ser peor, sin temor exageraciones ni equivocaciones.
Anoche ya se reportaban grandes pérdidas en plena apertura de la bolsa de Shanghái, que en suma terminó cayendo un 8.5%, su peor sesión desde la pesadilla de 2007, el inicio de la Gran Recesión. Hubo cierto tiempo en Occidente para que la tendencia terminara cambiando para la apertura de Nueva York, Londres, Mumbai y Frankfurt, pero el Dow Jones retrocedió un fuerte 5%, y el Nasdaq un 8.5%. Y en Europa, solamente en Madrid China dejó un enorme agujero del 16%. De la misma forma, la volatilidad hizo que el índice VIX sobrepasara los 53 puntos, el nivel más elevado del peligroso enero de 2009.
No hubo estímulo de ningún tipo, sino todo lo contrario. El efecto negativo fue inmediato sobre el mismo dólar y las materias primas, que se desplomaron hoy durante toda la sesión. Y desde luego, las ya sombrías perspectivas de crecimiento de la región seguirán sufriendo el impacto: desde 2007 la deuda total de las economías emergentes se ha incrementado más de un 130%.
¿Cómo va resumiéndose este problema? La guerra monetaria se mantiene e incluso intensifica cuando la probabilidad de incremento de tasas de interés por parte de la Fed este septiembre cae hasta el 28%, cuando hace tan solo un par de semana las apuestan por un incremento superaban el 70%. La Fed seguirá hundiendo el dólar, y con él el sistema monetario internacional de papel moneda.
¿Pero qué sucede si este nuevo Black Monday se agrava durante los siguientes días? Las posibilidades de maniobra de los bancos centrales es significativamente menor desde 2007, es decir, los bancos centrales alrededor del globo se han dedicado a monetizar deuda de los merados bursátiles alrededor del globo, y han más que triplicado el tamaño de sus balances en su conjunto desde 2007.
Ahora la pregunta clave es, si los bancos centrales del mundo ya no pudieran rescatar a bolsas de medio mundo, ¿quién rescatará ahora a los rescatistas? ¿Quién prestará dinero a los prestamistas de última instancia?
La burbuja china como amenaza para la economía de todo Occidente, es abordada en el quinto capítulo de La década perdida de Occidente, valga el corte publicitario.
Antes de que en un movimiento desesperado los gobiernos decidan confiscar sus depósitos como en la Unión Europea con Chipre, o simplemente establecer un feriado bancario indefinido (léase corralito) como en Grecia, revisa la calidad de los balances de tu empresa, revisa su posición respecto del de la competencia; protege tu riqueza, diversifica tu portafolio y el de tu familia, internacionaliza tus activos hacia países con gobiernos relativamente responsables con sus cuentas fiscales, o incluso busca rentabilidad.