El Banco Central de Bolivia acaba de anunciar una nueva medida: bajar las condiciones “para reforzar la liquidez del sistema bancario“. Se trata de una medida desafortunada, y que constituye uno de los ya varios costos de la estabilidad de corto plazo, al provocar exactamente el efecto contrario al que buscan: deteriorar todavía más el balance bancario.
Las autoridades creen que el público no están tomando el aún abundante crédito por falta de condiciones y no porque ya se sobreendeudó adquiriendo malos activos durante la etapa del auge, con las tasas crediticias más bajas de toda América Latina, y ahora finalmente incurriendo peligrosamente en mora.
Es momento de empezar a subir tasas para sanear el balance y por fin empezar a ahorrar luego de una fiesta de excesos sin precedentes, pero le están dando más alcohol a un etílico que ya presenta preocupantes síntomas de resaca y dependencia crónica, y que si sigue así se convertirá en un paciente que necesitará tratamiento de shock.
La desaceleración no es pues un problema de falta de demanda agregada, sino de exceso de oferta monetaria y crediticia. El diagnóstico lo tienen no parcial, sino completamente errado.