No suelo escribir sobre esto, pero seré breve.
Tengo que decir que este ha sido un año realmente espectacular, siendo que el 2016 ya era difícil de superar. Y no podía ser de otra manera cuando hace un año y medio decidí abandonar un muy buen empleo para volver a emprender y seguir haciendo lo que sé, sobre todo cuando durante al menos diez años me estuve preparando para una etapa de la economía que ya llegó y se quedará durante mucho tiempo.
En un solo día me ofrecieron tres muy buenos empleos para elegir y terminé rechazando los tres, aunque de inmediato terminé asesorando bancos y aceptando una asesoría independiente y permanente en uno de ellos, que me permite trabajar paralelamente con mi principal actividad, la asesoría para inversiones en el exterior.
A raíz sobre todo de esto último abandoné Santa Cruz, aunque he seguido visitando esa tan hermosa como generosa tierra con frecuencia. Tal vez no era el momento de quedarse, aunque la diferencia de las condiciones para invertir y emprender allá en septiembre u octubre del año pasado y ahora en diciembre son muy distintas; ahora sí parecen tener claro cuánto necesitan de mi asesoría. Cuando a uno le dicen que Santa Cruz es definitivamente otro mundo es cierto, pero cuando a uno ya pretenden hacerle ver unicornios las cosas son distintas. Como bien dice esa frase atribuida a Mark Twain que tanto me gusta, “siempre es más fácil engañar a la gente que convencerla de que ha sido engañada,” pero ya no diré “te lo dije,” sigamos hacia adelante. Veremos.
¡Terminé mi segundo libro! INCAUTOS fue una satisfacción muy gorda desde La década perdida de Occidente de 2015 en Madrid. A pesar de que tuve problemas con las editoriales, al decidir regalar el libro y en formato digital a cambio de una suscripción todo terminó siendo mucho mejor, porque, entre otras cosas, se trata de un libro de divulgación muy sencillo. A quien me lo pregunte, esa es la manera de hacer las cosas hoy en día, definitivamente. El valor añadido del trabajo se incrementa en proporciones incalculables de esa manera.
También ofrecí cinco conferencias entre cerradas y abiertas sobre la economía de Bolivia, cuatro módulos de maestría, la cantidad de visitas al blog ha sido grosera, y he vuelto a ofrecer entrevistas después de mucho tiempo, tanto en radio como televisión y medios escritos. Es tiempo y continuaré haciéndolo el próximo año. Es lo que permite conectar los puntos.
Aunque no hubo viajes al exterior como cada año, he debido viajar alrededor de 30 veces al interior durante 2017. Viajar tanto es muy pesado y la tecnología siempre ayuda, pero el tipo de trabajo que hago requiere sostener un vínculo tan estrecho y frecuente como sea posible con mis clientes. Never complain, never explain. El 2018 promete todavía más en este campo, pero discreción y confidencialidad es siempre lo primero.
Finalmente, aunque también hubo malas notas que enseñan, la satisfacción personal sobre lo logrado durante el año es grande y gorda, insisto, pero ¿qué es lo que, entre otras cosas, a uno lo mantienen siempre de pie y constantemente motivado? Leer y escuchar una y mil veces The Will to win de Vince Lombardi.
Pd: Los nuevos discos, cada vez más y mejor café, conciertos, el retorno de series y las nuevas bandas han sido parte importante del año y han hecho todavía más exquisito el viaje. Sons of Apollo y su Psychotic Symphony, Principles de Ray Dalio, Escape from the Central Bank Trap de Daniel Lacalle, y SUITS en Netflix. Más que recomendables para pasar muy buenos ratos.