Es cierto, muchas veces puede ser agobiante tener que guiarse solo o dejarse guiar sobre la mejor manera de invertir sus ahorros y preservar su patrimonio en el largo plazo. La cantidad de gente que se muestra como experta en temas estratégico financieros, muchas veces está simplemente concentrada en sus propios objetivos de corto plazo, es decir, en ganar sus comisiones, y deja de lado el propósito fundamental de ayudar a la gente a preservar su legítima capacidad de generar riqueza a largo plazo. La gente desconfía de la bolsa, las finanzas, los banqueros y asesores financieros por estos y otros motivos, pero llegará el momento en que no te quede más alternativa y debas hacerlo. Para dar el primer paso en esa dirección debes tener en cuenta algunos elementos inapelables al momento de tomar decisiones sobre cómo preservar tu patrimonio.
1. Lo primero a tener en cuenta es que invertir en bolsa no es como jugar a la ruleta, como popularmente se comenta, si se tiene un conocimiento profundo de las acciones que se compran, si los elementos que considera en su análisis son más que el simple comportamiento histórico de su cotización de mercado, o si los asesores de inversiones que contrata están dispuestos a ver no sólo lo que quieren ver para terminar cayendo en el proximity bias.
Este sesgo consiste en invertir en aquello que uno cree conocer en profundidad sin reparar en que los riesgos podrían ser mayores a los que inicialmente considera, sin estudiar las características de las acciones que compra como parte de una empresa completa, su mercado y en su contexto.
También es cierto que algunos como Peter Lynch recomiendan empezar a invertir en empresas que se encuentran próximas de manera geográfica, pero dicha recomendación debe ser tomada en cuenta solamente como un elemento más de los muchos más que él considera en sus robustos análisis.
2. Claro que aunque ambos tengan la misma filosofía y método de inversión, existe la posibilidad de construir un portafolio propio o contratar un fondo de inversiones.
Las primeras ventajas de un fondo de inversión o una gestora de fondos de inversión independiente, es la seguridad jurídica que le ofrece, la transparencia que tiene su cotización, la capacidad de que le devuelvan su dinero en cuanto lo reclame, la protección ante riesgos sistémicos como una bancarrota, cuentan con ventajas fiscales al modificar sus portafolios y tienen ventajas de costos de transacción por economías de escala, entre varias otras.
Sin embargo, en la elaboración de un portafolio personal de inversión bursátil, puede ahorrarse mucho en comisiones de los gestores, puede tener más confianza sobre el conocimiento que tiene sobre determinada empresa.
Probablemente lo más recomendable sea un híbrido de portafolio personal y fondo independiente, sobre todo si ambos tienen los incentivos alineados, pues para el conjunto de los gestores de un fondo es más fácil diluir el temperamento personal al valorar determinada empresa y mantener la calma ante la volatilidad, y finalmente aplicar la división del trabajo y el conocimiento.
3. Si decides contratar un asesor de inversiones independiente, es importante tener en cuenta que éste debe elaborar un perfil de riesgo para cada uno de sus clientes, y en función de sus objetivos individuales. A partir de ese momento debe explicarse claramente la rentabilidad esperada, el horizonte temporal y el camino que se tomará sabiendo control sobre sus expectativas, es decir, qué características, qué rubros, qué ubicación geográfica, qué activos y qué peso o ponderación asignará a cada uno de estos en el portafolio de inversión que vaya a elaborarse.
Cada inversor o asesor de inversiones tiene unos objetivos personales muy distintos en función de batir determinado índice. Sin embargo, en términos generales se podría decir que lo que mínimamente debe buscarse cuando se confía el patrimonio a un tercero o a un banco privado, es que no pierda valor con el paso del tiempo, y uno de los activos que de manera típica pierde en este sentido podría ser justamente el que erróneamente se considere como el más líquido; la inflación es un factor determinante, por tanto, es necesario tener un concepto y definición muy rigurosa sobre qué es la inflación y cuáles son sus causas últimas.
En este sentido, resulta fundamental considerar que el efectivo, los depósitos bancarios o renta fija de muy corto plazo no son necesariamente la elección ni la posición más líquida ni la más segura posible, sino todo lo contrario, pueden resultar la posición más peligrosa por su exposición a crisis sistémicas, como aquellas a las que estamos más acostumbrados en América Latina o en el resto de Occidente desde la Gran Recesión, como la confiscación de depósitos en Chipre en 2013, o en situaciones tan complejas y recientes como el Brexit, recientemente.
4. En cuanto al riesgo y la volatilidad del mercado, también es importante saber qué características tiene determinado fondo, a qué tipo de riesgos está expuesto, cómo se piensa controlar estos riesgos al construir la cartera, y qué evidencia histórica de su comportamiento en relación al riesgo estimado.
Por eso hay que considerar el momento en que se entra y sale de determinado fondo. Si la estrategia está debidamente alineada con los objetivos, es necesario mantener la calma y no dejarse llevar por los sentimientos de temor ante cualquier evento que provoque volatilidad. Desde luego, también es importante saber si tiene la capacidad de abandonar una posición equivocada, que siempre existirá, pero si su asesor sabe lo que está haciendo, lo recomendable, en realidad, es concentrar y aprovechar la volatilidad.
Por ejemplo, tiene poco sentido vender las acciones de determinada empresa cuando un día el mercado o la bolsa en general ha caído un 3%, si el rendimiento de la misma sigue siendo el mismo; es más, probablemente es momento de comprar más.
Dependiendo mucho del método de inversión, la volatilidad se traduce en las mejores oportunidades posibles para comprar lo que están vendiendo quienes se asustan a la primera caída generalizada por no haberse detenido previamente a analizar la empresa de cuyas acciones se está comprando; volatilidad no es riesgo, sino oportunidad. Riesgo es no tener suficiente conocimiento de lo que se compra.
Ahora bien, ¿cómo sabe un gestor de fondos si eventualmente el precio de sus acciones se terminará ajustando al alza? Primero porque, como diría Howard Marks, el mercado nunca mantiene valoraciones deprimidas para siempre, sino que atraviesa distintas fases de euforia y pesimismo y hay que saber interpretarlas estableciendo un margen de seguridad para ello; y luego porque la rentabilidad específica inmediatamente después de las caídas generalizadas sería aún más atractiva.
5. En cuanto al método o criterio de inversión para mantener o ganar valor conforme pasa el tiempo, la renta variable es comparativamente más atractiva que la renta fija, a la vez que lo ideal o más recomendable es tener una perspectiva de largo plazo, es decir, no menor a cinco años.
Fue Jeremy Siegel, en Stocks for the Long Run, quien demostró que, en un período mayor a 100 años, la rentabilidad real anual histórica (descontando la inflación), de los principales mercados de renta variable ha sido de alrededor del 6,5%, explicada por los dividendos recibidos y por los incrementos en los beneficios por acción de las empresas, lo cual va acorde con lo que se ha visto durante los últimos 15 años en los principales mercados de renta variable, que son valoraciones que, en conjunto, incluso superan los niveles históricos promedio.
En este sentido, una de las más grandes ventajas de invertir en renta variable es que uno compra acciones con la idea de ser dueño en cuota parte de buenos negocios (cuando no de extraordinaria calidad), aquellos que tienen la capacidad de incrementar los precios de sus productos y servicios cuando hay subidas generalizadas de precios en el sector o la economía, o con una ventaja competitiva en el mercado muy definida.
De la misma forma, lo mejor para seguir la anterior recomendación de invertir a largo plazo en renta variable es que se invierta solamente los ahorros que uno está seguro que no va a necesitar en un plazo no menor a cinco años. Como adelantamos, siempre surgirán períodos de pánico generalizado donde todas las acciones lleguen a caer un 50% en poco tiempo, como ya se ha visto varias veces, pero si un gestor de fondos sabe lo que está haciendo al valorar las empresas de cuyas acciones compra, sabrá encontrar beneficio en los momentos o períodos de volatilidad, aunque momentáneamente afecte al valor liquidativo del mismo fondo.
6. ¿Cómo elegir el mejor gestor y fondo de inversiones? No es difícil identificarlo, aunque no sea porque es o no un gestor famoso o mediático, simplemente. Por lo general se lo identifica por cosas como tener unas cualidades personales muy concretas, como el pensamiento crítico, la paciencia, honestidad, confianza en sí mismo y humildad para reconocer errores; por su formación; por tener un propósito de vida muy claro; la pasión que tiene por su trabajo y no necesariamente sólo por la cantidad de dinero que obtiene; cuando está seguro de lo que hace y mantiene su posición aunque sea el único en hacerlo; cuando se ha pasado semanas obteniendo información relevante sobre cada empresa; cuando ha dedicado el tiempo suficiente de conocer la empresa, sus directivos y su mercado, y mantiene contacto con ellos; y cuando es accesible y puede mantener contacto directo cuando sea razonablemente necesario y entender las causas exactas que han generado el buen o mal comportamiento del fondo.
Para elegir un fondo de inversión, es necesario saber primero que no existe el fondo o gestor de fondos que tenga su track record impecable, no hay fondo que haya ofrecido rentabilidades positivas cada año sin excepciones, más aún en períodos muy dilatados de tiempo. Todas las estrategias de inversión tienen alguna salvedad. Por eso es muy importante no exagerar las expectativas sobre los resultados de corto plazo.
Sin embargo, es recomendable empezando comparando el track record o los resultados de los gestores y no necesariamente por el rendimiento de los fondos. La idea es pues lograr la mayor rentabilidad posible superando la media del mercado con profesionales destacados con un enfoque de inversión muy concreto, y no simplemente preservar valor conforme pasa el tiempo. Para esto último ya se tienen los fondos pasivos que simplemente replican la rentabilidad media del mercado con bajas comisiones; reconozca lo que es bueno y pague por ello. Si se da cuenta, muchas veces los gestores trabajan para determinada entidad. Haga como ésta e invierta en el gestor y no en el fondo y su nombre.
Finalmente, si cada vez más gente tiene en cuenta estas sencillas -aunque no fáciles- recomendaciones, la manera de gestionar tus activos cambiará radicalmente para preservar tu patrimonio en el largo plazo, diluyendo riesgos tanto externos derivados de la coyuntura, como internos derivados de algún conflicto en su entorno más cercano, y en beneficio tanto tuyo como el de tu familia.