Paul Krugman tiene una fijación muy particular con Argentina. No lo culpo, pues quien no esté al tanto de lo que sucede y siempre ha sucedido en Argentina, al menos desde hace 70 años respecto de lo que no se debe hacer en economía, definitivamente sabe poco o nada de economía.
Admito, además, que no es fácil seguir el hilo a Krugman, porque un día recomienda a Grecia y el resto de países europeos con altísima voracidad fiscal seguir el camino de default al estilo argentino, y al día siguiente critica a la Argentina de Macri primero por supuestamente haber vuelto a la ortodoxia (en realidad aplicó exactamente lo que recomendaría un keynesiano clásico como el mismo Krugman) y luego por incurrir en default por no haber recortado el gasto (y supuestamente no haber permitido una devaluación todavía más rápida del peso).
En concreto, en lo que estoy de acuerdo con Krugman (insisto, muy a mi pesar), es en cómo había arrancado Macri su gobierno: con muy altos déficits gemelos y de balanza de pagos, y que el camino es el recorte del gasto (mas no la devaluación). Es por esto que sostengo, y no desde ayer, que la Bolivia de hoy es la Argentina de 2015, y que muy probablemente terminará igual, justamente porque creen que la salida es el incremento del gasto y el endeudamiento. Hasta el keynesiano más consabido lo reconoce.
Hoy el Gobierno de Macri está en emergencia y su único objetivo de corto plazo es detener el incremento de la cotización del dólar y la sangría de reservas eligiendo los $60 como máximo, y para lograrlo ha tenido que detener la fuga de capitales hacia el exterior con un cepo o control de capitales. De hecho, desde las PASO del 11 de agosto, se registró un récord de apertura de cuentas de argentinos en EEUU y el Mattress Bank que asciende a los $5.862 millones.
Comportamiento de las reservas del BCB
Pues bien, la anterior gráfica no ilustra la acelerada pérdida de reservas argentinas, sino de las de Bolivia, y me adelanto a que a este ritmo (en 2020 podrían caer hasta los $5.000 millones), el problema podría alcanzar muy rápidamente al sistema bancario y financiero, quién sabe si al estilo argentino. Sin embargo, aunque no me atrevo a decir cuándo sucederá esto exactamente, sí que la diferencia entre el problema argentino y el boliviano, en este sentido, la marca Roberto Cachanosky:
Los bancos tienen liquidez para devolver los depósitos en dólares. ¿Por qué la gente retira los depósitos en dólares si los bancos pueden devolverlos? Porque la gente no tiene por qué saber cuáles son los encajes en dólares, y porque sí sabe del pasado confiscatorio argentino.
En Bolivia todavía existe confianza, pero puede perderse de repente en un entorno por demás complicado. ¿Cuándo podrían llegar los controles de capitales a Bolivia? Nadie lo sabe, pero la clave está en el comportamiento de las reservas, el tipo de cambio, posibles nuevas determinaciones con el encaje legal, la inflación y la cotización del dólar en el mercado paralelo.
Pero ya sabes cómo puedo ayudarte, aunque dado que la apertura de una simple cuenta en un banco en el exterior no es tan sencilla como en el pasado no muy lejano (de hecho los bancos uruguayos han rechazado bastantes aperturas argentinas), para preservar capital, sobre todo si es necesario liquidar activos previamente, se requiere de una debida anticipación para hacer las cosas con suficiente detenimiento.