Ya es una semana de incertidumbre, y contrariamente a lo que se pensaba en un principio, el paro general, las huelgas, protestas y bloqueos en el país se han fortalecido notablemente conforme pasan los días, a la vez que Morales ha amenazado con cercar ciudades y dejar sin provisión de agua a La Paz, “a ver si aguantan.” Bolivia ha perdido su seguridad jurídica por completo.
¿Hasta dónde están dispuestos a llegar quienes se refugian en la tan desafortunada vieja frase de Víctor Paz Estenssoro “en este país pasa todo y nunca pasa nada,” para finalmente convencerse de que el país está sumido en un problema extraordinariamente serio?
Pero poco o nada se está diciendo de la economía y el deterioro que puede haber alcanzado, y esto lo saben los principales responsables de la política económica. De hecho, no se actualiza al menos 10 cifras clave de la economía a estas alturas del año en el que al menos tendría que empezar a conocerse los nuevos lineamientos del PGE 2020 en el Parlamento, pero destaco la ausencia sobre todo de un par de ellas: el nivel de reservas en el BCB y el estado de los depósitos en el sistema financiero.
Por la manera en que se han ido dando las cosas durante las últimas dos semanas, las reservas podrían estar rondando los $6.200 millones. En el entretanto, la pregunta clave sobre cuál es el nivel óptimo de reservas solamente para sostener el actual tipo de cambio, sigue sin ser respondida.
Igualmente, a pesar de que, curiosamente, no ha habido un solo rumor de corrida siquiera, nada permite asegurar que no se haya registrado una salida muy importante de depósitos del sistema, y una huida paulatina y natural hacia el dólar.
Ya habíamos adelantado algo sobre esto. Sin embargo, por la manera en que la situación se complica casi cada hora que pasa, si la economía finalmente se termina precipitando, no será nada extraño ver, además de la pérdida de la seguridad jurídica, algunas de las siguientes figuras, cuando no todas juntas:
- Devaluación
- Inflación de dos dígitos
- Tarifazos (incluyendo gasolinazo)
- Impuestazos
- Controles de precios
- Cepos cambiarios y de depósitos
- Controles a las exportaciones
- Dólar paralelo
- Dobles bandas cambiarias
- Desabastecimiento
Yo jamás me atreví a decir que Bolivia iba camino a ser una Venezuela (dije que sería como la Argentina de los últimos años de los K o el Ecuador de Correa), pero sí que me encargué de advertir que no había garantía alguna para que así no fuera. Pues, lamentablemente, gobierne quien gobierne, el desenlace parece ser muy claro, al menos por ahora, pero que esto tampoco sirva de pretexto para quedarte con la duda de si pudiste haber iniciado a tiempo la estructuración internacional de tu patrimonio para protegerlo.
Ahora bien, ¿es esta la peor situación posible? Para Irving Kahn, uno de los mejores inversores de todos los tiempos, “los inversores no tienen motivos para sentirse pesimistas o temerosos, los grandes value investors están encantados de que los mercados caigan,” pero hay que estar preparado para entonces.
Artículo publicado en América Economía.