Santa Cruz, diciembre de 2019
Estimado inversor:
Ha sido un año muy complejo, sobre todo en lo político, pero hace algo más de un mes Bolivia recuperó la libertad que había perdido lentamente en un proceso de 14 años, y va camino a consolidarla. Ahora, como inequívocamente dijo Thomas Jefferson, el precio de la libertad es su eterna vigilancia.
En lo económico, muchos cierran el año con el duro golpe que ha significado la resistencia pacífica de más de 20 días en las calles a nivel nacional, pero ha valido absolutamente la pena. Este tipo de auténticas rebeliones se han dado muy pocas veces en la historia, sin exageraciones. En la historia reciente, por ejemplo, este capítulo podría ser comparado solamente con la Revolución Naranja de Ucrania en 2004 y 2014. Aunque aún es difícil de creer todo lo que ha sucedido, el tiempo sabrá poner la experiencia reciente de Bolivia en el lugar que merece.
Aquí cerramos el año, y dependerá de cada quién cómo asumir los desafíos que la economía de 2020 depara. Por supuesto que cada crisis significa una oportunidad. Como dice Charlie Munger, ¿existe tal cosa como un pesimista alegre? Eso es lo que soy, pero todo dependerá también de cómo se ha preparado uno previamente para aprovechar lo más posible de esta nueva etapa.
Nos reencontraremos el próximo año para reducir el riesgo, asumir las incertidumbres, y lograr nuevamente las mejores rentabilidades. En el entretanto, recibe mis mejores y más sinceros deseos para estas fiestas.