“The predictions that matter are those with a large payoff and little costs. If you predict what other people are predicting, you get nothing.” – Nassim N. Taleb
No son pocos quienes han manifestado profunda molestia en los últimos días, tanto por la falta de efectividad del paquete de $2 billones de rescate corporativo directo del Gobierno de EEUU, como por el programa de monetización de deuda ilimitada o nuevo QE de la Reserva Federal. Y tienen razón, porque está generando mayores problemas que los que pretende solucionar en un inicio, justamente de la misma forma en que hoy hizo más vulnerable la economía con sus medidas ante la caída de Lehman en 2008.
Por un lado, entre quienes más molestos están por la situación se encuentran los que más han perdido y han preferido usar el pretexto del consenso, que considera la crisis del Coronavirus como un cisne negro, un fenómeno altamente improbable y de gran impacto, cuando en realidad ha sido un evento perfectamente predecible, como muy bien ha apuntado el propio Nassim N. Taleb, reprochando a inversores el anteponer excusas para no haberse preparado, y mucho más los gobiernos por no haber actuado de manera oportuna gastando millones en enero, y teniendo que gastar billones dos meses más tarde.
Otro que al menos ha manifestado incomodidad ante las medidas del gobierno estadounidense y la Fed, aunque sin pretexto alguno de imprevisibilidad, ha sido Charlie Munger, socio de Warren Buffett en Berkshire Hathaway:
“I don’t think we’ll have a long-lasting Great Depression… But we may have a different kind of a mess. All this money-printing may start bothering us.”
A diferencia de inversores similares como Bill Miller, que ha dicho que esta crisis representa la quinta mejor oportunidad en toda su carrera como inversor, y contrariamente a lo que sucedió alrededor de la crisis de 2008, donde no sólo se encargaba de tranquilizar a los mercados, sino que además prestaba a Goldman Sachs, hoy Warren Buffett no sólo que ha dicho poco o nada, sino que todavía no ha utilizado la montaña de efectivo de entre $120.000 y $140.000 millones comprando las gangas que su estilo de inversión siempre está orientado a encontrar justamente en este tipo de profunda crisis generalizada donde todo el mundo vende.
Más extraño aún ha sido el hecho de que Berkshire decidió vender alrededor de un 20% de su posición en Delta Airlines y a un ritmo récord, tan pronto como dos semanas luego de incrementar su posición, y a menos de un mes luego de que Buffett afirmara categóricamente que no vendería acciones de aerolíneas.
Algunos han dicho que probablemente Buffett no trata de ser el héroe esta vez. Otros, que la Reserva Federal se ha terminado convirtiendo en la mayor competencia posible al extender su programa de compras masivas, lo cual podría tener mucho más sentido, y como Munger podría estar dejando entrever, pero desde ya ha dicho también que nadie sabe lo que va a pasar a futuro; ya se sabrá en su reunión anual de Berkshire por streaming este 2 de mayo.
Ahora bien, volviendo a Taleb, gracias a la claridad de interpretación que tiene sobre este tipo de fenómenos de mercado, ha desarrollado un método de inversión que le ha permitido a Universa, el hedge fund que asesora, lograr nada menos que una rentabilidad del 4.000% en el primer trimestre. Tal vez ni sus clientes sepan mucho más sobre su portafolio que lo que ya dice en general en sus libros, mucho menos sobre sus especificaciones técnicas, pero sí que ha insistido siempre en la necesidad de contar con un seguro o un buffer para que no explote en escenarios como el actual. Muy probablemente, ese seguro es una composición de alrededor del 10% de oro físico.
Warren Buffett siempre se ha mostrado escéptico sobre el papel que el oro físico podría jugar en su portafolio, y de hecho nunca lo ha tenido. Ni siquiera se ha inclinado por comprar empresas del rubro, siendo que el potencial de los commodities a por lo menos 10 años es verdaderamente atractivo, y dados los experimentos más alocados que nunca de la Reserva Federal y el resto de los principales bancos centrales del mundo. Sin embargo, una combinación de filosofía ‘antifrágil’ y value de largo plazo sería probablemente la mejor opción ahora mismo.
Es más, Taleb ha recomendado el oro físico al menos desde la crisis de 2008, y desde 2011 su performance ha sido más que ponderable, más aún dada la incertidumbre sobre una crisis económica global sin precedentes. Lo que exactamente dice Taleb es:
“The worst thing you can do with insurance is trying to time it. You have to have insurance all the time. I don’t time my house insurance, I don’t time my car insurance. If you don’t have a tale insurance, you don’t have a portfolio, your portfolio is actually gonna blow up.”
Este es el comportamiento del oro ajustado por inflación desde la década de los 70, cuando Richard Nixon terminó con el último vínculo que existía entre el dólar y el patrón oro, y sobre todo desde la crisis de 2008.
De hecho, mientras la rentabilidad del oro en lo que va del año supera ya el 10%, la demanda por oro físico está siendo tan grande, a la vez que el shock de oferta se mantiene, que ya se observa una enorme de escasez de oro físico, con lo cual no tener una posición cubierta de esta manera será cada vez más difícil y riesgoso.
Gold! In any form.
One Reply to “Un ‘buffer’ imprescindible contra el riesgo”
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