Generaron mucha expectativa en campaña, y una vez en el gobierno, el Movimiento al Socialismo prometió un plan para lidiar con la crisis que sería anunciado en diciembre.
Aunque todavía quedan dos semanas para que termine el mes, los anuncios llegan a cuentagotas, y por lo que se puede observar entre el programa financiero 2020 reformulado entre Hacienda y el Banco Central de Bolivia, y el PGE 2021, no existe tal plan, sino sólo la preservación de un modelo económico que ya demostró estar agotado desde el inicio de la desaceleración 2013.
Inicialmente anunciaron cosas como la “eliminación de la brecha salarial”, y la creación del Impuesto a las Grandes Fortunas, que ya está provocando incluso la desinversión de los afectados directos en el país.
Sin embargo, entre lo más importante, también anunciaron un nuevo préstamo de $1.300 millones con el BCB, que se sumaría al que gestionó el gobierno de Jeanine Áñez por $1.400 millones.
Más aún, una vez conocido el PGE 2021, se sabe que buscan emitir nuevos bonos soberanos por $3.000 millones en los mercados de capitales internacionales.
Entonces, al menos por el momento, no hay nada de la austeridad anunciada inicialmente, aunque el PGE 2021 considera la idea de implementar ajustes que incluirían la fusión de algunas entidades tanto burocráticas como del sector público productivo.
Entre los principales objetivos a destacar del PGE 2021, están un crecimiento del 4,8% del PIB en 2021, un gasto de $4.000 millones, un déficit fiscal de -10%, una inflación del 3,9%, un precio del petróleo WTI de $50 y una nueva emisión de bonos soberanos por $3.000 millones.
Sobre esto último, si el MAS pretende incrementar la deuda pública externa en $5.700 millones, ¿por qué le propuso al Mercosur un “alivio de la deuda externa” al mismo tiempo?
Como sea, es posible que Bolivia consiga tanto la emisión como la condonación durante 2021, pues incluso Argentina para una nueva deuda en dólares a una tasa del 16%, y ya en diciembre de 2005 el FMI le condonó la deuda a 19 países, entre los que se encontraba Bolivia, que se benefició de una condonación de $3.300 millones.
Sin embargo, aparentemente el objetivo no es rescatar la economía, sino el modelo, pero todavía se busca respuesta a las tres preguntas más importantes: ¿existe algún plan para el sector energético, el bancario y financiero, y el sanitario?