El deterioro institucional en Bolivia no podría ser mayor luego de casi 16 años bajo el régimen del Movimiento al Socialismo (MAS). En días pasados se destacó en La Gaceta de la Iberosfera, por ejemplo, el envilecimiento de la Defensoría del Pueblo (que todavía no tiene un nuevo titular designado por el Legislativo), o las grandes dificultades por las que atraviesan la prensa y los medios de comunicación para ejercer su trabajo cotidiano. Pero en esta oportunidad es necesario poner en relieve una serie de hechos relacionados con la decadencia de una institución como la Policía Boliviana.
En pasados días la Policía se vio envuelta en una nueva polémica debido a la denuncia de corrupción que realizó un equipo de prensa de Chile. Integrantes de la ONG Grupo de Búsqueda de Vehículos (GBV), visitaron Bolivia en busca y rescate de un auto que había sido robado en Chile, y que encontraron en una feria de venta de vehículos en el municipio de Yapacaní, Santa Cruz.
Pero no es solo eso. Durante su visita los investigadores destacaron el hecho de que miembros de la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) son cómplices de estos serios delitos.
A raíz de estos hechos hubo otra serie de denuncias en cuestión de días en distintos lugares del país: se detuvo a un militar que conducía un vehículo con placas falsificadas y con reporte de robo en Brasil; se detuvo a un policía que también conducía un auto chuto (indocumentado), y por conducir ebrio provocó un accidente, y además se descubrió que tiene antecedentes por robo; y también se detuvo a una concejala del MAS conduciendo un auto indocumentado.
Las denuncias de la ONG chilena, que, para dar cuenta de la magnitud del problema, afirma que 419 autos robados en Chile entraron a Bolivia en 2021 y 83 en 2022, encierran un hecho que, lamentablemente, no ha sido sorpresa para la ciudadanía, porque es algo que sucede hace muchos años en el país en distintos ámbitos.
De hecho, la conocida corrupción de la policía fue, por ejemplo, el motivo por el que la otorgación de licencias de conducir o carnets de identidad fue transferida a otras instituciones públicas. Sin embargo, es importante destacar el hecho, porque, entre otros aspectos, la corrupción alcanza niveles crónicos y porque la denuncia no fue realizada por un medio nacional, sino uno extranjero (y probablemente no hubiera tenido tanta relevancia de haber sido de otra manera).
Las primeras reacciones de esta institución de seguridad y orden provinieron por parte del Comandante departamental de Santa Cruz, Erick Holguín, quien afirmó que “esa atribución, la función de fiscalizar un vehículo documentado o no, no es atribución de la Policía Boliviana”.
Pero además Holguín remató: “Si un vehículo está circulando sin placas (patentes, matrículas) está infringiendo una norma, pero si un vehículo está detenido no está infringiendo una norma. Ahora, si ese vehículo puede que sea chuto, no chuto, que tenga placas o sea legal y tenga póliza de importación y no tenga placas, no es atribución de la policía fiscalizar”.
Igualmente, el comandante general de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera, negó que esta institución que tiene a su cargo la seguridad en el país tenga bandas criminales internacionales en su interior.
Luego de que, Aguilera ha resuelto lo siguiente: “Hoy mismo la Policía boliviana ha emitido una resolución mediante la cual se sanciona con la pérdida de un año de antigüedad a quien estuviere poseyendo un vehículo de carácter ilegal y conduciéndolo”.
Ahora resulta que Aguilera no tiene el apoyo ni siquiera del propio MAS. Ante tan bochornosa salida del Comandante, Gualberto Arispe, jefe de bancada del partido azul en el Legislativo acaba de exigir un cambio en el Alto Mando de la Policía encabezado por Jhonny Aguilera, “para evitar que más afectivos sean parte de actividades ilegales”.
Para mayor colmo, Héctor Arce, diputado cocalero del Chapare por el MAS, calificó a los miembros de la ONG chilena de la siguiente manera: «No acepto que un grupo irregular, mercenarios chilenos, entren al país y hagan lo que les da la gana, que entren por donde les da la gana, salgan por donde les da la gana».
Para dar cuenta de la permisividad -cuando no complicidad- tanto del régimen de Arce, como del MAS con esta serie de hechos delincuenciales de los que también participa la policía, en 2019, Álvaro García Linera, exvicepresidente de Evo Morales, sostuvo en el acto de entrega de una escuela en Chulumani, en la localidad de Yungas: «Yo en mis tiempos no veía casas de ladrillo en todo Yungas, eran puras casa de adobe, y ahora que venía en el helicóptero veía gente, pero veía más movilidades que gente, todos tienen su carrito, chuto, no importa, pero tienen su carrito para sacar sus productos».
Pero aquí hay otro problema apuntado por la periodista Maggy Talavera, quien acaba de recibir el Premio Nacional de Libertad de Expresión, otorgado por la Asociación de Periodistas de Santa Cruz (APSC), a propósito de la celebración del Día del Periodista, por el que se hace cada vez más complicado el ejercicio de la profesión.
Al momento de recibir el premio, Talavera sostuvo en su discurso que en el país se están viviendo momentos complicados por amenazas de sectores del poder político, que poco les conviene que se sepa la verdad cuando hay una denuncia, cuando hay un hecho escandaloso, que el periodismo libra una batalla por preservar la libertad de expresión, a la vez que exhortó a sus colegas a volver a la esencia y los orígenes del buen periodismo, que tienen que ver con saber escuchar, analizar, e interpretar: “No tengamos miedo, por favor, de interpretar, de sentir para comunicar, porque no somos cajitas de resonancia”.
Al respecto del premio para Talavera y su discurso, Carlos Valverde dijo que “no es suficiente con que el periodista haga una denuncia, porque si no es sólo noticia. No es que sea malo dar noticias, pero no puede ser que algo pase por normal”. Es decir, Valverde explica que es importante para los periodistas no quedarse simplemente con la noticia de un hecho, sino que es importante profundizar en ellos.
Maggy Talavera tiene toda la razón, sobre todo por innumerables hechos recientes entre los que solamente se puede mencionar el caso de Las Londras, donde grupos irregulares a fines al MAS tomaron tierras privadas en Santa Cruz y secuestraron y golpearon a periodistas durante horas, pero por el que no se han realizado más investigaciones ni se han realizado las detenciones de los delincuentes que fueron identificados; o el caso de los narcoaudios denunciados por Morales, que muestran encubrimiento del narcotráfico.
Por último, el hecho de que comunarios de La Asunta (La Paz) hayan golpeado a dos policías recientemente porque habrían intentado cobrar Bs. 1.000 (138,33 Euros) para ir a atender un caso de intento de homicidio, denota ya no solo el deterioro de la Policía Boliviana, sino el deterioro institucional en todo ámbito.
La falta de respeto por las leyes y los derechos individuales fundamentales, la falta de voluntad por aplicar y hacer cumplir la ley y la falta de respeto por la autoridad en el país, están llevando al conjunto de la sociedad a una convivencia tan lesionada que será difícil restaurarla, y el responsable es no otro que el MAS.
Columna originalmente publicada en La Gaceta de la Iberosfera, el 11 de mayo de 2022.