Finalmente ha llegado el día de designación del nuevo Defensor del Pueblo en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). La votación comenzó a media mañana y todavía sigue su curso luego de un cuarto intermedio al momento de entrega de esta nota. Sin embargo, el resultado no será en absoluto halagüeño.
Para empezar, se presentaron 198 postulantes al cargo, hubo 133 impugnaciones en el proceso, y de los 7 aspirantes que alcanzaron la última fase de designación, apenas dos no tienen vínculos con el régimen de Luis Arce, su partido -el Movimiento al Socialismo (MAS)– o el Estado de cuyos abusos tendrían que defender al pueblo.
Estos siete candidatos son Pedro Francisco Callisaya, Rubén Julio Estrada, Claudia Andrea Calvo, Ramiro Leonardo Iquise, Porfirio Machado, Luisa Antonia Chipana y Evelin Patricia Cossio. Estas dos últimas son las únicas que, al menos hasta el momento, se presume que no responden al Movimiento Al Socialismo (MAS).
El proceso fue muy variopinto. Entre quienes se postularon para Defensor del Pueblo hubo personajes como Ramiro Sanjinés, un teólogo, dirigente estudiantil de Historia, bartender y gastrónomo, quien ha afirmado que su objetivo es “promover la unidad en el país por encima de los discursos de ‘fraude’ o ‘golpe’”, además de que aseguró que era la mejor opción porque era “la persona más feliz y tranquila, porque tenía “la paciencia más grande del mundo”, pues había “armado rompecabezas de 33.600 piezas”.
Otro caso todavía más vergonzoso fue el de Cyborg Kanashiro Bronnkss, un personaje que se denomina a sí mismo como «soldado universal indígena», y que presentó sus credenciales con una mascarilla vegetal-animal, y sobre la que explicó: «Este es plasma animal y vegetal, como una máscara para poder irradiar. ¿Has visto llover esta mañana? Ya, nosotros podemos manejar tormentas. Él me estimularía a base de esta plasma y utilizaría cromosomas e irradiaría».
Sobre los últimos defensores del masismo destacan David Tezanos Pinto (2016-2019), quien fue obligado a dimitir por incompetencia y en medio de un conflicto con su esposa que acaparó la atención de los medios y que se resolvió judicialmente; y Nadia Cruz, la actual defensora interina que lleva cuatro años consecutivos en el cargo, siendo que, por ley, tendría que haber sido reemplazada en un plazo de 90 días, y que, por si fuera poco, se pronunció en numerosas oportunidades en favor del MAS y el régimen de Evo Morales, guardó silencio en una serie de abusos graves, sobre todo alrededor del monumental fraude de finales de 2019.
Pero por sobre todas las cosas, el proceso de selección estuvo amañado desde un principio. El MAS trató de utilizar a la oposición para dotar de legitimidad al proceso debido a que para la designación se requiere dos tercios de votos de los miembros de la ALP. De esta manera, el MAS buscó acuerdos aparentemente en busca de consensos, pero una vez que se fueron depurando postulantes, el masismo abandonó su postura inicial aparentemente democrática para imponer candidatos afines que respondan a sus intereses, como era de esperarse.
Con este motivo, los asambleístas de las bancadas opositoras abandonaron las sesiones previas en las que debían presentar sus últimas objeciones antes de las sesiones de votación, acusando al oficialismo de romper el acuerdo y los consensos al haber excluido a dos postulantes que cumplían con todos los requisitos y el perfil para ser designados en este cargo.
Por el momento, el cargo podría recaer en Pedro Callisaya Aro, que ha sido calificado como “excelente”. Callisaya es abogado, fue director nacional de Derechos Reales hasta febrero de este año; antes se desempeñó como vocal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz.
Hasta aquí este candidato no parece contar con las credenciales mínimas, como algún conocimiento o trayectoria mínima siquiera, para ejercer un cargo tan importante. Además, ha sido acusado de guardar estrecha afinidad con el MAS, debido, entre otros aspectos, que tuvo más de tres cartas de impugnación que no fueron atendidas.
Desde luego, es necesario destacar que hay pocas o ninguna probabilidad de que la ALP, que se encuentra bajo el control del partido de gobierno, pueda encargarse del desarrollo de una elección independiente, sobre todo porque, al menos en los últimos 16 años, no ha habido defensor alguno que realmente merezca el nombre.
Columna originalmente publicada en La Gaceta de la Iberosfera, el 6 de mayo de 2022.
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