Kwasi Kwarteng acaba de dimitir a su cargo en el gabinete de Liz Truss en el Reino Unido, luego del fiasco de sus reformas por el lado de la oferta.
Luego de una extendida crisis política que se remonta incluso a temporadas previas al Brexit, parecía que las reformas fiscales concentradas en recortar impuestos de manera decidida para apuntalar el crecimiento de largo plazo llegaban para quedarse, lo cual no hacía más que recordar las épocas de Margaret Thatcher, quien era asesorada por nadie menos que F.A. von Hayek, y por tanto, había motivos para el optimismo.
En cuanto estas medidas fueron anunciadas hace tan solo un par de semanas atrás, era sabido que faltaban piezas para que se pudiera decir que se trataba de un salto ambicioso hacia adelante, y que eran necesarias otras medidas complementarias como los recortes del gasto estructural en similar proporción a los recortes de impuestos, y finalmente la reducción del exagerado número de atribuciones y competencias que el Estado todavía tiene sobre la economía.
Sin embargo, nada de esto sucedió, con lo cual, en el corto plazo los recortes impositivos se tradujeron en menor recaudación y, por tanto, un incremento de la deuda pública, pero eventualmente la recaudación tendría que haberse recuperado confiando en la Curva de Laffer. Por cierto, valga destacar que Arthur Laffer respaldó las medidas de Truss y Kwarteng.
Probabemente el mayor error fue no haber sabido explicar los objetivos y aplicarlos con suficiente convicción, porque, de hecho, entre los primeros en pronunciarse en contra de los recortes se observa a nadie menos que el cartel impositivo de la OCDE, que pretende incrementar y armonizar impuestos alrededor del globo para acorralar a la ciudadanía en su conjunto.
Ante tal presión, aprovechada también por Bruselas en calidad de venganza luego del golpe político moral en el que se tradujo el referéndum del Brexit, Truss y Kwarteng comenzaron dar marcha atrás con algunas medidas, perdiendo absoluta credibilidasd, provocando mayor volatilidad que la inicial en los mercados y echando por tierra la oprtunidad de llevar la economía del Reino Unido por el sendero del crecimiento y la generación de riqueza con horizonte de largo plazo.
Finalmente, Kwarteng presentó hoy su carta de dimisión luego de haber ejercido el cargo por apenas 38 días, mientras Truss acaba de nombrar a Jeremy Hunt en su lugar, aunque este intento de reflote político y de credibilidad solamente se traduzca en la demanda creciente de los propios tories por exigir la dimsión de la propia Truss en los próximos días.
Un auténtico fiasco, una decepción. Todo era demasiado bueno para ser cierto.
Reino Unido: Truss y Kwarteng anuncian el mayor recorte de impuestos desde 1972