La política internacional de Bolivia desde que Evo Morales asumió el máximo cargo en el país en 2006 hasta hoy, nunca ha tenido de qué presumir. Más aún, ha sido verdaderamente funesta. No se recuerda un solo juicio internacional que el Estado Plurinacional haya ganado, y ahora con Arce Catacora como presidente, el caso por las aguas del río Silala por el que se ha desafiado a Chile a dirimir el asunto ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya desde 2016, no es distinto.
Cuando el jefe cocalero fue presidente de Bolivia, llevó adelante una serie de juicios por distintos motivos, entre los que destacan las expropiaciones (mal llamadas “nacionalizaciones”) a empresas extranjeras, o el haber decidido emprender una maniobra judicial con el histórico conflicto marítimo con Chile ante La Haya, y que perdió estrepitosamente en 2018: por 12 votos contra 3, la CIJ determinó que “la República de Chile no contrajo la obligación de negociar un acceso soberano al mar para el Estado Plurinacional de Bolivia».
En ese entonces, Morales decidió asistir al anuncio del fallo en Países Bajos junto a una nutrida comitiva de su Gobierno y asesores legales internacionales, y a medida que se daba lectura a las determinaciones, se le fue desfigurando el rostro. El problema fue que el juicio en sí mismo fue mal planteado desde un inicio, con la ayuda y asesoría -dicho sea de paso- de los expresidentes Carlos Mesa y Rodríguez Veltzé, quienes nunca han dudado en oxigenar el proyecto político del jefe cocalero cada vez que lo ha necesitado.
Pues luego de un proceso de seis años, ahora acaba de suceder algo comparable. Después de que Morales decidiera politizar otro conflicto histórico con Chile ante La Haya, la CIJ acaba de pronunciarse en favor de Chile determinando que ambas partes reconocieron previamente que las aguas del río Silala son internacionales, y que, por tanto, su uso está sujeto al derecho consuetudinario internacional, ya ni siquiera tiene objeto que se pronuncie al respecto.
Este fallo no ha representado sorpresa alguna para Bolivia, mucho menos para la ciudadanía de Potosí y las comunidades aledañas al Silala. Ricardo Ramos, presidente del Comité Cívico Potosinista, afirmó un día antes del fallo: “La irresponsabilidad del expresidente, el señor Evo Morales, ha hecho que el Estado chileno nos demande y estemos en una situación muy complicada. Fue mal planteada la contrademanda, la aceptación de la demanda y sobre todo la puesta en juicio de nuestra soberanía. El único responsable es el señor Evo Morales por su incapacidad y su traición a la patria por haber otra vez entregado nuestros recursos estratégicos”.
Sucede que, además, fue el propio Morales quien reconoció en 2018, en pleno juicio, que parte del curso de las aguas del Silala eran internacionales. Esto fue algo que también Karen Longaric, ex ministra de Relaciones Exteriores durante el gobierno de la expresidenta Jenine Áñez (2019-2020), advirtió en febrero de 2020: “El gobierno del MAS perdió la demanda marítima ante la CIJ, (que nunca debió haber interpuesto). Luego afirmó que una parte del agua del Silala fluye de manera natural a Chile. Con gusto explicaré al diputado Borda las consecuencias de la improvisada política exterior del MAS”.
Entonces, claramente, lo que ahora corresponde ante la incuestionable derrota, es llevar a Evo Morales y al equipo que encaró la defensa del Silala, a asumir un juicio de responsabilidades, como afirma el exdiplomático y actual diputado opositor paceño, Gustavo Aliaga.
De igual manera, Lissa Claros, diputada potosina, aseguró que llevará adelante procesos legales contra Morales, su asesor Rodríguez Veltzé y el equipo judicial a cargo: “Nos han pedido acciones en contra los responsables, en caso de que la demanda salga negativa, estamos trabajando eso. Si la sentencia es negativa, corresponde un juicio de responsabilidades contra Evo Morales y quienes fueron parte de este proceso”.
Por su parte -quién sabe si a modo de consuelo-, Rodríguez Veltzé escribió en sus redes sociales ante el fallo claramente desfavorable para Bolivia, que aspiraba a ser redimida si acaso se reconocía soberanía de Bolivia sobre el Silala: “Silala: CIJ reconoce coincidencias en aplicación del Derecho Internacional, estudios científicos y alienta acuerdos. Ni ganadores ni vencidos, a mejorar políticas sobre recursos hídricos transfronterizos.”
En definitiva, esta es solamente un caso más de otros incontables sobre el fracaso de las políticas de Estado durante el gobierno de Morales, el Movimiento al Socialismo, y ahora también de Arce Catacora y David Choquehuanca (ex canciller del jefe cocalero), quienes no se ha pronunciado aún al respecto. Es de esperarse que las acciones legales hasta que los juicios de responsabilidades anunciados por la oposición en el país prosigan, y den cuenta de las responsabilidades de cada uno de sus actores con el mayor detalle posible.
Columna originalmente publicada en La Gaceta de la Iberosfera, el 1 de diciembre de 2022.