Al menos desde que el régimen de Arce Catacora decidió secuestrar al gobernador cruceño y líder opositor, Luis Fernando Camacho, por un golpe de Estado que no sucedió, sino un monumental y descarado fraude perpetrado por Evo Morales, Bolivia vive temerosa de que el deterioro ya no sólo en el ámbito económico, sino además en el judicial y el democrático institucional, sea inasumible.
Ante este temor, el país ha venido siendo testigo de una ciudadanía que sale a las calles a pronunciarse y manifestarse pacíficamente en contra de los abusos cada vez mayores al Estado Derecho y la violación permanente a los derechos fundamentales de ciudadanos y autoridades cuidadosamente seleccionados en muestra de poder y escarnio permanente de todo opositor.
La última manifestación, sin lugar a dudas destacable, se ha dado la pasada noche del miércoles. Se trató del Cabildo Nacional por la Justicia, Democracia y Libertad, una serie de concentraciones organizadas de manera espontánea en distintas ciudades de manera simultánea.
Todas estas concentraciones han presentado declaraciones con distintos puntos en número y contenido, pero las mismas en espíritu. Entre los puntos a destacar de, por ejemplo, el último cabildo del departamento de Santa Cruz -que, aunque fue masivo, no ha superado el cabildo del 13 de noviembre-, ha tenido mucho impacto a nivel nacional.
Allí se han planteado y aprobado varios objetivos. Por ejemplo, exigir la liberación en un máximo de 30 días de todos quienes hubieran sido detenidos y encarcelados injustamente, como la expresidenta Jeanine Áñez, pero sobre todo de Camacho, su máxima autoridad, quien hoy se encuentra preso en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro en el altiplano paceño, desde el 28 de diciembre. Si el régimen de Arce no prestara la atención debida a esta exigencia ciudadana, se organizaría la recolección de firmas de la ciudadanía que permitiera realizar un referendo para revocar su mandato hasta el mes de mayo próximo.
Igualmente, se propuso la recolección de firmas para realizar otro referendo con el objetivo de introducir reformas parciales a la Constitución Política del Estado, para que, a su vez, el sistema judicial sea reformado.
Desde luego, el espíritu de estos planteamientos es el correcto, el adecuado, lo deseable. Sin embargo, no deja de representar peligro. Por ejemplo, las preguntas que surgen ante la aprobación de estas iniciativas, son muy importantes: ¿Qué sucede si Arce gana el referendo? ¿Qué pasa si lo pierde y Choquehuanca asume el mandato, pero no convoca a elecciones, o peor todavía, lo hace sin poder impedir la candidatura de Morales? ¿Quién sería el candidato único de la oposición que también ha exigido el cabildo? ¿Se asumirá el desafío con el mismo padrón electoral de 2019?
Otro elemento a destacar es el hecho de que el cabildo de Tarija fue el único que reivindicó la idea de revisar la relación de su departamento con el Estado. No es que Santa Cruz se hubiera olvidado, sino que fue un objetivo planteado y aprobado ya en el mencionado cabildo del 13 de noviembre, luego del paro continuo de 36 días en exigencia de la realización de un censo de población y vivienda. Aunque, eso sí, tampoco hubiera estado de más recordarlo de alguna manera.
Lo interesante, sin embargo, de lo ocurrido la noche de este miércoles, es que cada cabildo ha aportado distintas ideas de cómo asumen el desafío de encauzar el respeto por la democracia, el Estado de Derecho y la libertad en el país.
El cabildo de Cochabamba, por ejemplo, alcanzó cinco resoluciones, entre las que destacan ratificar la existencia del fraude electoral de 2019 y, en consecuencia, reabrir el juicio a sus responsables y exigir el cierre de los procesos por el falso golpe de Estado I y II; y exigir la realización de una auditoría del padrón electoral a cargo de una entidad independiente internacional.
Indudablemente, el conjunto de las exigencias de los cabildos ciudadanos en distintos departamentos ha logrado consolidar el camino a seguir para recuperar el país, que, como se acusó, se encuentra en un estado de deterioro muy avanzado en todo ámbito. Solamente quedaría esperar que estas iniciativas y exigencias sean canalizadas de la manera más adecuada posible por una clase política preferiblemente nueva y creíble, que ya cuenta con las bases fundamentales para construir una nueva propuesta y proyecto claro de país.
Columna originalmente publicada en La Gaceta de la Iberosfera, el 27 de enero de 2023.