Nvidia, fabricante de microprocesadores, acaba de superar a Apple y Microsoft en capitalización bursátil. Se trata de la tercera empresa en la historia en alcanzar una valoración de $3 billones (Trillion). Impresionante.
En un inicio se pensaba que la llegada de la Inteligencia Artificial era solamente humo, y luego se comenzó a decir que solo afectaría a las empresas tecnológicas, y aunque la noticia de la capitalización bursátil de Nvidia es tan extraordinaria, que lo único que uno quisiera es que perdure. Sin embargo, en materia de inversión no se sabe exactamente si todavía es temprano de apostar por ella o más bien muy tarde.
Al menos hasta aquí, subestimar la importancia de la Inteligencia Artificial en en los mercados bursátiles ha demostrado no ser una buena idea viendo lo que ha sucedido en lo que va del año con las Magnificent 7 o con el Nasdaq 100. Las acciones de Nvidia particularmente, han subido un 217% en el último año, una clara historia de éxito frente a una economía que parece robusta pero que ha estado demostrando mucha mediocridad frente a lo que podría ser; vamos, EEUU ha salido del Top 25 del Índice de Libertad Económica de la Heritage Foundation.
La inflación sigue superando el objetivo del 2% de la Reserva Federal, perjudicando la confianza del consumidor en el proceso. La tasa de desempleo sigue rondando mínimos de medio siglo, aunque el mercado laboral persistentemente ajustado que alimenta la inflación significa que estas vacantes de empleo no son exactamente motivo de orgullo. Pero la característica más inequívocamente fuerte de la economía es el mercado de capitales, y está en un auge impulsado por la IA y la explosión de Nvidia.
La bolsa no incorpora toda la economía, y ningún presidente merece crédito o culpa completa por el rendimiento del mercado, pero, en comparación con todos los otros indicadores mediocres, si no abismales, de los que el presidente Joe Biden puede presumir, su apelación más poderosa a los votantes preocupados por la inflación es la fortaleza del mercado de valores.
En términos ajustados por inflación, el S&P 500 ha subido un 17% desde que Biden asumió el cargo, una cantidad admirable pero que palidece en comparación con el aumento del 54% en el índice durante los cuatro años de Donald Trump en el gobierno. El Nasdaq 100, ajustado por inflación ha subido un 22% bajo Biden, bueno, pero muy lejos del aumento del 140% bajo Trump. Y al profundizar en ese crecimiento, está claro que, al igual que la inflación exacerba la brecha entre la clase trabajadora y los ricos, la “Bidenomics” ha beneficiado principalmente a las empresas más grandes.
En el último año, las Magnificent 7 —Nvidia, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Alphabet y Tesla— crecieron un 76%, contribuyendo en gran medida al 26% del S&P 500 en general. Desde octubre de 2022 hasta principios de este año, las Magnificent 7 subieron más del 60% en comparación con el resto de las 493 empresas del índice, cuyas acciones no aumentaron un 30%. En el último año, mientras que las estimaciones de ganancias han caído entre las 493, las ganancias de las Magnificent 7 han subido casi un 30%.
Pero incluso dentro del prestigio de las Magnificent 7, Nvidia parece estar haciendo todo el trabajo pesado. En los primeros cinco meses del año, el precio de las acciones de Nvidia aumentó más del 100%. En contraste, Meta aumentó un 32%, Alphabet un 23%, Amazon un 16% y Microsoft un 10%. Las acciones de Apple y Tesla cayeron desde principios de 2024, con el S&P 500 subiendo solo un 11% en general.
¿Es Nvidia una burbuja? ¿Son las Magnificent 7 una burbuja? ¿El Nasdaq está en estado de burbuja?