Mi historial de diagnósticos y prescripciones

Me he dedicado durante ya varios años a tratar los incentivos perversos que los gobiernos de izquierda y derecha tienen en general para corromperse ejerciendo el poder, sobre la forma en que, por sus principales características, el actual régimen terminaría lentamente destruyendo la economía y qué forma podría tomar en su momento de más profunda crisis, pero además a estudiar, cruzando varias veces el océano, tanto alternativas macroeconómicas como soluciones micro para advertir el desastre y -como debe ser- además obtener legítimo beneficio por ello.

Lamentablemente el tiempo ha terminado dándome la razón. Cuando en 2006, frente a un grupo organizado de personas muy preocupadas por el futuro de corto plazo del país, dije que para volver a solucionar un viejo problema económico conocido y de proporciones considerables que provocaría este régimen, se necesitaría medidas tan radicales como las de un nuevo 21060; me ridiculizaron diciendo que aquellas condiciones jamás podrían repetirse, y lo recuerdo como si fuera ayer, pero el que continuó en la carrera fui yo.

Es así que CRUSOE RESEARCH cumple tres años, y GENEA WEALTH MANAGEMENT S.A. apenas su primer año. El primero se dedica a la investigación de coyuntura económica global para servicios de wealth management, mientras el segundo, su mayor aliado estratégico al momento, hace justamente operativo todo lo primero: asesora a sus clientes en el proceso de establecimiento de una estrategia legal y sucesoria de inversión de largo plazo en el exterior; no es más que la mejor forma que junto a mis socios en Madrid hemos encontrado para que la gente pueda advertir que, frente a los serios problemas económicos que ya están aquí, podrían terminar perdiendo todo lo que ganaron en los últimos diez años.

Por esto vamos a recordar muy brevemente lo que decíamos hace unos años (solamente en opiniones editoriales publicadas y no en La década perdida de Occidente), lo que decimos hoy y qué es lo que podemos hacer por usted al respecto. Pronto publico un nuevo libro, así que, por lo pronto, pierda cuidado con los detalles, esto es solamnte una parte del historial.

Lo que dije

Desde el inicio de la Gran Recesión en 2008, vengo diciendo que Estados Unidos comete los errores de monetizar deuda de la manera en que Bolivia lo hizo hasta 1985, y que Bolivia empezó a cometer los mismos errores que Estados Unidos y el resto de Occidente con todas sus burbujas de activos hasta 2007 y 2008, y que es justamente por este motivo que se puede advertir cuáles serán las consecuencias en ambos casos: absolutamente nada bueno.

Lo que digo

Los problemas de la economía boliviana no son por la caída petrolera, sino por la estructura y la política económica misma, que ha apostado al hiperestímulo de la demanda interna, a pesar de que jamás ha funcionado en ningún lugar; no son por falta de ingresos, sino por exceso de gastos; no son por falta de demanda agregada, sino por exceso de oferta fundamentalmente monetaria y crediticia; no es que el doble aguinaldo permite mayor crecimiento, sino que la economía se desacelera justamente por medidas como las del doble aguinaldo; los problemas de Bolivia no son aislados ni pasajeros, sino generalizados y estructurales (los precios del petróleo no rebotarán); no hay que devaluar, porque lo que se necesita no son más bolivianos para seguir gastando, sino más dólares para por fin empezar a ahorrar, y no mediante el endeudamiento externo, sino mediante la atracción de capital extranjero privado; el crédito crece a paso de parada, pero hay un incremento de la mora, un incremento en los costos y una caída de las ventas de manera simultánea.

Lo que se puede hacer al respecto

Ante los claros riesgos, amenazas e incertdidumbres, una de las mejores ideas, sobre todo para quienes más tienen qué perder, es internacionalizar activos, pero estos son otros tiempos: en el exterior hay serios problemas también. Por esto es necesario establecer una estructura legal y sucesoria de largo plazo para hacerlo de la mejor manera posible, inteligentemente y con una estrategia de preservación y no necesariamente de crecimiento patrimonial, aunque de todas maneras es posible lograr muy buenas rentabilidades (16% primedio anual) en un plazo mínimo de cinco años.

Si necesita que lo ayude personalmente a prever lo mejor y lo más seguro para su patrimonio y el de su familia, no dude en contactarme.