Evaluación económica al segundo trimestre 2017

Economía global

El FMI acaba de publicar sus expectativas de crecimiento de la economía global, y estas resultan sorpresivamente optimistas, revisándolas al alza para cerrar el año con un 3.5 por ciento de crecimiento del PIB. Esto se explica fundamentalmente por la disipación del riesgo político, datos empresarials y de crecimiento optimistas desde Alemania, España (que incluso llega a liderar el crecimiento europeo), Francia e incluso Italia.

Si bien esto se ha reflejado en una apreciación del euro, las últimas declaraciones de Mario Draghi, titular del Banco Central Europeo, sobre el hecho de que la inflación no se encontraría en los niveles que quisiera, llaman pues a la cautela sobre el Viejo Continente, fundamentalmente en cuanto a renta fija.

Al mismo tiempo, contrariamente a lo que se había observado a principios de año con el optimismo de la elección Donald Trump y sus planes económicos con nuevas políticas de oferta, al no haberlas cumplido las expectativas se están desinflando, a la vez que la apreciación del dólar va deteniendo su ritmo alcista.

China

Los datos en China reportan un crecimiento del 6.9 por ciento del PIB por encima de las expectativas. Sin embargo, China está logrando un repunte de su crecimiento manteniendo el mismo modelo de sobre estímulo de la demanda interna y a cambio de incrementar sus desequilibrios, es decir: sobrecapacidad productiva, burbuja inmobiliaria, incremento de deuda hasta el 277 por ciento del PIB, devaluación del yuan, entre otros.

América Latina

El FMI ha revisado sus perspectivas ligeramente a la baja. Aunque creciendo al 1 por ciento del PIB al cerrar el año, prevé que la región irá recuperándose a medida que sobre todo Argentina y Brasil vayan recuperándose hacia 2018. Sin embargo, el riesgo político va teniendo cada vez más peso, que podrían provocar algún sobresalto y, por tanto, comprometer la delicada estabilidad regional.

Bolivia

Hay un respiro temporal frente a la principal amenaza macroeconómica de la devaluación cambiaria: a la vez que el dólar deja de apreciarse por la caída del optimismo sobre los planes económicos de la Administración Trump, la caída acelerada de las reservas y la apreciación del tipo de cambio real multilateral se han estabilizado, fundamentalmente gracias a la emisión de bonos soberanos a 11 años en marzo. No obstante, todavía no se observa esfuerzo alguno para contener el déficit fiscal, por lo que la amenaza de la mencionada devaluación cambiaria como el mecanismo más convencional de autofinanciamiento del aparato público, permanece.

Lo que preocupa, una vez más, es que la estabilidad de corto plazo está siendo cada vez más cara con el incremento de la deuda pública externa y de la rigidez laboral y productiva, en tanto las reformas estructurales con políticas de oferta y ya no de demanda sigan siendo postergadas en la eterna espera de un milagroso rebote de los precios del petróleo.

Commodities

La OPEP ha incumplido su propio acuerdo de abril por recortar la producción petrolera y así ayudar a su cotización en los mercados globales. La próxima reunión con este mismo objetivo no se daría nuevamente hasta abril de 2018, por lo que no se espera que hasta entonces el barril de crudo supere la barrera de los USD 50. En el entretanto se insta a productores como Libia y Nigeria a recortar su producción.

Mercados e inversión

La exposición al riesgo político derivado del Reino Unido con el Brexit, las elecciones de Estados Unidos y las de Francia, se ha reducido considerablemente, permitiendo convertir esos riesgos en oportunidades, pues los temores generalizados por aquellos riesgos no se hicieron realidad. De esta forma, las posiciones inversoras están marcadas más hacia Europa que Estados Unidos.

Con lo anterior, la renta fija europea y estadounidense sigue siendo dejada de lado, inclinándose algo más por la renta fija emergente. Y aunque en el entretanto se espera que las economías emergentes no crecerán tanto como se esperaba, la exposición a compañías del sector de materias primas continúa siendo moderada mientras se mantenga estable.

¿Qué hay que mirar en el próximo trimestre? A los bancos centrales, en particular a los anuncios de la Reserva Federal sobre la estrategia que establecería para finamente empezar a reducir el tamaño de su hipertrofiado balance antes de fin de año, y una posible devaluación del yuan; al riesgo político regional con Michel Temer en Brasil y Nicolás Maduro en Venezuela; y a las determinaciones del pago de un nuevo doble aguinaldo en Bolivia que continúan estimulando la demanda sin aún prestar atención el creciente déficit fiscal.