Etibar Jafarov, actual economista principal del FMI, ofreció una nota para América Economía el pasado 22 de julio, en la que afirma que la ‘desdolarización’ de créditos y despósitos de que el actual gobierno de Bolivia ha logrado constituye un éxito. ¿Está seguro Jafarov de lo que está hablando? Veamos lo que esto realmente significa.
Esto es tan groseramente absurdo que ese experimento fue sinónimo de devaluar la moneda en un 40% en 1985, para terminar causando la legendaria hiperinflación del 23.500%, la séptima más grande que se conoció en el mundo hasta ese momento, que se ha expuesto en los libros de texto macroeconómico más reconocidos de las últimas décadas, y que justamente tienen a Bolivia como el ejemplo de qué es lo que no debe hacerse nunca en materia de política económica, y particularmente monetaria, a saber: utilizar las devaluaciones de la moneda nacional como mecanismo de autofinanciamiento de los gobiernos con extraordinaria voracidad fiscal.
Jafarov pensará, pues, que la misma operación de desdolarización de los últimos años es un éxito porque justamente no ha terminado en la hiperinflación de Ernesto Araníbar de la UDP en 1985, pero no se ha fijado en la inflación de activos que no se contempla arbitrariamente en el IPC, es decir, en los activos de consumo duradero. ¿Sabrá el señor Etibar Jafarov cuánto se ha incrementado el precio de estos activos en los últimos 12 años en Bolivia? Sobre esto ya me extendí en, por ejemplo, Cuestionando el PIB y el IPC, El pecado monetario del 21060 y en ¿Estamos en un proceso deflacionario?
Yo invito a Jafarov que primero se dé una vuelta por Miami o Madrid y almuerce con su familia en cualquier restaurante promedio y averigüe sobre el precio de un departamento de 125m² o su alquiler, y luego vaya a darse una vuelta por Bolivia, sobre todo en una capital como Santa Cruz, para hacer el mismo ejercicio. Inmediatamente luego le invito un café para que vea la calidad que hoy mismo tiene el balance del conjunto del sistema bancario financiero, y para que le cuente cómo se inflan las burbujas de activos mediante el proceso de nacionalización monetaria y expansión crediticia que ha habido, con tasas de interés extraordinariamente subvencionadas por demasiado tiempo, reconocidas como las más bajas de la historia de este país y de toda América Latina.
Por cierto, y finalmente, ese mismo 40% (o incluso un 50%) de desdolarización o devaluación de shock de 1985, es lo que más de un economista opositor está proponiendo para el país ahora mismo, simplemente porque se considera que el dólar está artificialmente barato, pero será pues que lo que quieren es un dólar realmente caro, ¡nada menos que como hoy en Argentina!