En el entorno internacional son tres los factores que destacan:
- El primero tiene que ver con los nuevos recortes de tasas de la Fed de EEUU por primera vez desde 2008, junto al inicio de un proceso de impeachment contra Donald Trump, que, lejos de debilitarlo, más bien lo fortalece en un momento clave de camino a la reelección, lo cual beneficia toda perspectiva de establecer sociedades para la protección de activos con eficiencia fiscal en EEUU, con una eventual segunda ola de reformas impositivas encaminadas en la dirección correcta.
- El segundo factor de riesgo es la Eurozona al borde de la recesión, con Italia que aún juega con Bruselas respecto de los niveles exigidos sobre su déficit fiscal, España que ha llevado el gasto público y la sobre regulación también a una desaceleración cada vez más marcada, pero más aún Alemania con una líder de gobierno muy debilitada y con la economía también apenas por encima de niveles recesivos.
- El tercer elemento que mayor incertidumbre de mediano plazo aporta es el retorno de los estímulos con tasas de interés negativas de Mario Draghi en sus últimas semanas al frente del BCE, que, al menos de acuerdo a lo experimentado desde 2008, solamente se traduce en seguir implementando las mismas políticas erradas esperando que alguna vez cambien los malos resultados (Lagarde ha afirmado que continuará con la misma línea cuanto sea necesario).
América Latina
- Respecto de la región, y como no podía ser de otra manera, Argentina que incrementa el riesgo de intensificar las medidas de cepo y además caer en recesión entre fines de 2019 e inicios de 2020, es el principal factor de riesgo al amenazar seriamente la estabilidad relativa de la economía del vecindario, y más aún en países como Bolivia, que no presentan en absoluto las mejores condiciones de asumir el desafío.
Bolivia
- En Bolivia el Banco Central ha cerrado el trimestre afirmando que la economía volvería a liderar el crecimiento de la región, aunque marcado en lo nacional por un escenario electoral con cuestionamientos más que considerables, y que solamente lesionan la institucionalidad imprescindible para la inversión privada y el crecimiento sostenible de largo plazo.
- Finalmente, además del cuadro macroeconómico muy poco halagüeño del país, que mantiene una inconfundible tendencia negativa (el déficit fiscal no encuentra techo y las reservas del BCB no encuentran fondo) la atención del público en general está por fin empezando a posarse también sobre el sector bancario y financiero, el gran elefante en la sala; mucha cautela con este último aspecto.
Artículos relacionados:
Balance económico segundo trimestre 2019
Balance económico primer trimestre 2019
Balance 2018 y perspectivas 2019