He tratado la economía extensamente, pero todo se resumen en que los riesgos se han incrementado considerablemente con la rebaja de calificación de deuda. El gobierno transitorio ha respondido casi como. Es cierto que la evaluación de Moody’s ha sido alrededor de diciembre, cuando las reservas internacionales ya habían iniciado un camino de estabilización con el recorte del gasto y reducción del déficit.
Sin embargo, no es menos cierto que, al tratar de desmentir a Moody’s, el gobierno ha hecho vista gorda sobre la caída petrolera, que no era menor. Y para mayor inri, el Coronavirus toca la puerta para extender el shock de oferta sobre el país, que ya se encontraba acosada por una demanda hiperestimulada durante 14 años y hasta hoy, y con un margen de maniobra mecroeconómica considerablemente menor que el de 2009.
El gobierno ha respondido con el Bono Familia para familias con hijos estudiando en primaria y secundaria y colegios fiscales, medida que podría considerarse como aceptable, sobre todo cuando no se trata de un programa permanente. Lo extraño, sin embargo, es que, sin anunciarlo públicamente, el BCB ha intervenido en el mercado secundario comprando títulos y valores en poder de las AFPs a cambio de introducir moneda nacional al sistema bancario y financiero, es decir, ha terminado monetizando deuda pública. ¿Qué nombre lleva esta operación en lenguaje convencional? No seré yo quien lo diga; al menos no atacaron directamente el tipo de cambio.
Los pocos entendidos en esta materia se inclinan a afirmar que, a pesar de todo, la medida es acertada, pero yo insisto en sostener que limitarse al efecto visible inmediato ayuda muy poco, pues hay que tener en cuenta también el efecto que aún no se ve y los que hay que prever en un futuro no muy lejano, y no son halagüeños, pues seguirán recurriendo a este viejo artificio de auto-financiamiento público con dinero de ahorristas y pensionistas cuantas veces sea necesario antes de sanear las finanzas públicas, que implica un costo político muy grande.
Pero suficiente de economía nacional hasta aquí. Nos enfocaremos cada vez menos en la economía nacional, y más en la internacional y las oportunidades que se presenta solamente cada 10, 15 o 25 años en la vida de los grandes inversores. ¿Por qué? Luego de dos semanas con las caídas más rápidas de la historia, y que superaron el 30%, hoy el Dow Jones anotó ayer su mejor día desde 1933 habiéndose disparado un 11.37%, el S&P 500 ganó un 9.38% y el Nasdaq avanzó un 8.12%; subidas verdaderamente extraordinarias.
Con seguridad que seguirá habiendo problemas derivados fundamentalmente de cómo EEUU seguirá manejando la crisis, pero no sólo por el lado de la demanda, que la FED ha atacado de manera desesperada y como nunca antes en la historia, sino también por el lado de la oferta con un paquete de medidas que el Senado no ha aprobado todavía.
Aún queda mucho camino por recorrer en el contexto de la crisis internacional, pero definitivamente hay señales positivas y, por tanto, oportunidades de largo plazo que hoy no se pueden desaprovechar. El momento es ahora.
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