Lejos de haber terminado con las elecciones de octubre de 2020, la crisis política en Bolivia se extiende a las elecciones regionales y municipales de este próximo domingo 7 de marzo, donde tanto el Movimiento al Socialismo como algunos candidatos opositores tienen dificultades para asumir el desafío.
El primer elemento a observar es la debilidad con la que el Movimiento al Socialismo asume este nuevo desafío electoral. Según Humberto Vacaflor, de Siglo XXI, el MAS podría perder alrededor de 1.5 millones de votos respecto de los que recibió en octubre de 2020, perdiendo lugares muy importantes como la alcaldía de El Alto, la alcaldía y la Gobernación de La Paz, la alcaldía de Cochabamba, la alcaldía y gobernación de Santa Cruz, Tarija, Chuquisaca.
De acuerdo con las últimas encuestas de CiesMori (tanto para alcaldías como para gobernaciones) Zacarías Maquera, candidato del MAS a la alcaldía de la ciudad de El Alto, conocido bastión de este partido, ocupa el segundo lugar pero con apenas un 6.6% de intención de voto, contra el 76.1% de Eva Copa, que se ha separado no sólo del MAS luego de haberlo representado como presidente de la Cámara de Senadores, sino además de la figura de Evo Morales. Ahora Copa se postula por la agrupación Jallalla.
Esta es probablemente la mayor derrota electoral de la historia del MAS.
Igualmente, César Dockweiler, candidato por el MAS a la alcaldía de la ciudad de La Paz, cuenta con una intención de voto del 28,6%, ocupa un segundo lugar frente a Iván Arias, exministro del gobierno de Jeanine Áñez y candidato por Somos Pueblo, que cuenta con una intención de voto del 59,7%
Iván Arias, también ha sido amenazado con juicios de responsabilidades ya desde que entregó su cartera a finales de 2020.
Respecto de la candidatura a la gobernación del departamento de La Paz, Franklin Flores, del MAS, ocupa el primer lugar con un 23,3% de apoyo, seguido de cerca por Santos Quispe, de Jallala, con un 17%, y por Rafael “Tata” Quispe, ex viceministro de tierras en el gobierno de Jeanine Áñez, hoy candidato de Somos Pueblo, con una intención de voto del 16.7%.
Tata Quispe, que también ha sido acosado en varias oportunidades por el gobierno de Morales, fue sentenciado el 12 de febrero a dos años de cárcel por el delito de acoso político que habría cometido en contra de Felipa Huanca, excandidata del MAS y a quien Quispe denunció por presunta corrupción a Huanca por el caso del desaparecido Fondo de Desarrollo Indígena y Campesino (Fondioc).
En Tarija, Óscar Montes lidera las encuestas con aproximadamente un 34% de intención de voto, seguido por Adrián Oliva, actual gobernador y ex aliado del gobierno de Jeanine Áñez, con un 25.7%, y finalmente por Álvaro Ruiz, del MAS, con aproximadamente un 16%.
Al respecto ha llamado la atención el hecho de que en esta semana abrieron un nuevo proceso contra Olivia, acusándolo de incumplimiento de deberes, entre otros delitos. El candidato se ha limitado a decir que dará la cara.
Igualmente, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Adriana Salvatierra, candidata del MAS a la Alcaldía, se encuentra en tercer lugar de las intenciones de voto con un un 11,5%. Gary Áñez, nuevo en política y candidato de Comunidad Ciudadana, estaría en primer lugar con un 38,1%, seguido por Jhonny Fernández, de UCS, con un 28,7%.
Para la gobernación de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, uno de los protagonistas y principales líderes de las protestas cívico-ciudadanas en la crisis de octubre y noviembre de 2019, y candidato a la presidencia en las elecciones de octubre de 2020 por Creemos, cuenta con una intención de voto del 40.1%, seguido por Mario Cronenbold, del MAS, con un 24,8%.
No obstante, esta semana Camacho fue citado a declarar -citación que fue anulada el mismo día- en el juicio por terrorismo, sedición y conspiración que asume desde hace dos meses, sobre el “motín policial” de fines de 2019 y por un abrazo con un policía.
Para la alcaldía de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, que vivió los últimos 10 años en EEUU en condición de refugiado político, tiene una intención de voto del 56,2%, seguido por el candidato del MAS, Nelson Cox, con un apoyo del 19,%.
Sin embargo, a últimas horas de la tarde de este viernes 26 de febrero, Reyes Villa ha sido inhabilitado por la Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral “por no haberse acreditado el pago total de la obligación”. Al respecto, Súmate ha calificado la inhabilitación como manipulación del MAS.
Mientras tanto, la expresidente Jeanine Áñez, candidata a la Gobernación del Beni, con una intención de voto del 21%, se encuentra enfrentando un juicio de responsabilidades iniciado ya en diciembre -que incluye a su exministra de salud, Eidy Roca-, que califica como “arreglado por el MAS, y que “ha decidido abusar y perseguir por razones políticas”. Alejandro Unzueta, del Movimiento Tercer Sistema, cuenta con un apoyo del 27%.
En suma, no es casualidad que, en vista de un notable fracaso en las urnas este próximo 7 de marzo, el MAS haya decidido recurrir a la manipulación sistemática de la justicia a la que ha tenido acostumbrado al país desde que llegó al poder por primera vez en 2006, en contra de sus adversarios políticos. No será extraño, por tanto, que la crisis política en Bolivia se agrave por cuanta libertad van perdiendo sus ciudadanos.BOLIVIA
Nota originalmente publicada en La Gaceta de la Iberoesfera, el 28 de febrero de 2021.