En Bolivia el Día del Indio es celebrado cada 2 de agosto. Esta vez también ha sido una oportunidad aprovechada por el régimen de Arce Catacora y Choquehuanca para inaugurar el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), afirmando que, junto con la Constitución de 2009, se trata de un “hecho que supera la era republicana y da paso al Estado Plurinacional”.
En dicho evento, Arce Catacora afirmó: “poco a poco la vieja República va alejándose y va cobrando más fuerza el convivir con nuestros hermanos indígenas, el vernos al espejo y reconocer lo que somos, que tenemos costumbres, que usamos nuestros atuendos originarios milenarios”.
Además, Arce agregó: “Estamos absolutamente seguros de que en estas instalaciones de nuestra Asamblea Legislativa Plurinacional no va a haber lugar para la traición a la patria, no va a haber lugar para el vendepatria, sino para el pueblo organizado que va a luchar por el pueblo, para el bolsillo y para el estómago del pueblo boliviano”.
David Choquehuanca, por su lado, y siguiendo con aquella intención de imponer un orden social y cultural preestablecido, dijo: “aquí no solo tiene que entrar el poncho, la pluma, nuestros chicotes, sino tiene que entrar la ideología. Desde aquí se tiene que levantar la ideología de la cultura de la vida, el pensamiento descolonizado se tiene que construir de aquí. Necesitamos descolonizar el pensamiento. Jallalla (viva nuestro proyecto en Aymara) nuestro proceso de descolonización y despatriarcalización”.
En un inicio, cuando el Movimiento al Socialismo (MAS) retomó el poder del Ejecutivo tal vez no se pensó que el camino a la consolidación del socialismo en el país se aceleraría tan rápidamente, pues hubo un breve período en el que la persecución política no había llegado todavía al nivel que alcanzó cuando aprehendieron a la expresidenta Jeanine Añez a mediados de marzo.
Más aún, durante dicho período Arce pensó que tenía asegurado el financiamiento y que tenía controlada la gestión de la crisis de la pandemia firmando contratos confidenciales con Rusia para la provisión de vacunas Sputnik V, pero todo esto ha fracasado tan rápida como estrepitosamente. Por eso, con toda razón, la población empieza a inquietarse y a desaprobar a Arce, Choquehuanca y su trabajo.
De acuerdo con Gonzalo Arenas Hödar, abogado y político chileno, miembro de la Unión Demócrata Independiente (UDI), se podría afirmar que lo que está sucediendo en Bolivia es la reconstrucción de un escenario político que busca dividir nuevamente a la sociedad -que ya se había unido en rebelión contra Morales en 2019- entre buenos y malos, “porque esto permite crear un enemigo al cual odiar, mediante el cual los distintos sujetos sociales con sus distintas demandas sociales, generan un vínculo afectivo que los hace tener una acción política común: la destrucción del neoliberalismo y la democracia liberal”.
Entonces, ¿qué se podría esperar del 6 de agosto? Más populismo y división social para recuperar la hegemonía de poder.
Cuando menos, la significativa fecha del 6 de agosto y la bandera nacional son elementos simbólicos con los que el plurinacionalismo todavía no ha logrado romper, aunque muy probablemente siguen siendo parte de los objetivos para terminar con todo vestigio de institucionalidad democrática en el país. Unas señales son más sutiles que otras, unas decisiones son más agresivas y concretas que otras, pero todo lo que hace y dice el régimen apunta en la misma dirección.
Entonces, si bien resulta difícil cavilar qué tipo de anuncios concretos pueden hacer Arce y Choquehuanca este 6 de agosto frente a la crisis económica y de la pandemia, no será en absoluto extraño escuchar nuevamente discursos en la misma línea populista, radical y agresiva para provocar todavía mayor división en el país, y con ello seguir acumulando poder y alejar los fantasmas de una nueva rebelión.
Columna originalmente publicada en La Gaceta de la Iberosfera, el 4 de agosto de 2021.