Se difundieron fotografías y videos en los que representantes de un grupo delincuencial autodenominado «Ejército Guerrero Wila Lluch’us» (gorros rojos), afín a Movimiento al Socialismo (MAS), amenazó con “quemar en cualquier momento” la casa de Amparo Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos en Bolivia (APDHB), por defender a la expresidenta Jeanine Áñez, quien, según ellos, debe “podrirse por 30 años en la cárcel”.
De igual manera, los Wila Lluch’us también dijeron que tanto Áñez como “los malos jueces y malos policías que han protegido la casa de Carvajal”, deberían ser confinados y “vilmente castigados” en una nueva cárcel construida en las faldas del Illampu (la cuarta montaña más alta de Bolivia), para sufrir de frío y dejar de recibir los supuestos privilegios de las cárceles de Obrajes y Miraflores en la ciudad de La Paz.
Al respecto, Evo Morales se ha apresurado a decir: “Como presidente del MAS-IPSP desmiento la información que se difunde en relación a un «grupo extremista» denominado «wila lluchus» presentado como integrante de nuestro instrumento político. Esas mentiras benefician a falsos activistas de Derechos Humanos que defienden a golpistas de derecha”.
Tímido pronunciamiento opositor
Sobre las amenazas a Amparo Carvajal, Carlos Mesa se pronunció de la siguiente manera: Mi solidaridad con Amparo Carvajal, una mujer cuya valentía y consecuencia en defensa de los DDHH es admirable. Las amenazas contra su vida, los intentos de desconocer su liderazgo y el acoso del Ministerio de Gobierno no son casualidades ni coincidencias. Es un objetivo político del MAS.
Por su lado, José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Humans Rights Watch, manifestó: “Muy preocupantes las amenazas publicadas en redes sociales de incendiar la casa de Amparo Carvajal, la APDH y quemar a políticos de oposición. El gobierno de Luis Arce Catacoradebe garantizar la seguridad de esas personas y sus viviendas”.
La postura del ministerio de Gobierno
A pesar de que se ha identificado y se ve y escucha claramente lo que dicen estos personajes, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, ha sostenido este martes que este grupo delincuencial de Wila Lluch’us es inexistente, y que los videos son armados.
Sin embargo, esta no es la primera amenaza que Carvajal recibe de la misma agrupación criminal. El 20 de agosto dijeron: “nos estamos preparando para quemar la casa de Amparo Carvajal, para que acompañe a Jeanine Áñez, ya que tanto se queda en la puerta de la cárcel” (en apoyo a la expresidenta).
También amenazaron antes con “capturar a los golpistas” de Luis Fernando Camacho, Marco Pumari, Jorge Tuto Quiroga, Carlos Mesa “y otros neoliberales”, para ser quemados y así “vengar” a su “abuelo Tupac Katari”.
Igualmente, el viceministro de Régimen Interior, Nelson Cox, expuso: “Es una clara incitación a delinquir lo que hizo la señora Carvajal, es una clara incitación a rearticular la violencia”.
Inmediatamente después, Cox cuestionó a Carvajal: “Cuánto no quisiera que muchas y muchos defensores de derechos humanos opinen, digan algo, pero vergonzosamente quedan callados, y parecería ser lo que ella señala aprovechándose también en su condición de ser una adulta mayor. Puede quedar ahí allanado como la línea de defensa de los derechos humanos».
Críticas desde “la misma vereda”
La postura y acciones de Carvajal también están siendo cuestionadas desde la misma APDHB. Edgar Salazar, vicepresidente de la institución, ha afirmado que Carvajal “actúa en forma individual y no a nombre de la institución”.
Igualmente, Ruth Llanos, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional de Bolivia (Asofamd), desconoció a Carvajal afirmando que “lo que ahora se denomina Asamblea de Derechos Humanos, no es tal. Es un grupo político. (Su trabajo es) defender los derechos de la ciudadanía frente al Estado, por lo tanto, no puede defender a policías y militares que son parte del Estado”.
Carvajal se defiende
Ante las críticas, Carvajal se defendió así: “Sigo siendo presidenta (de la Apdhb), porque fui la fundadora. Soy fundadora y presidenta, porque yo vengo trabajando desde el año 1971, y estuve en varias dictaduras”.
Y además agregó: “Me han abierto todas las puertas de las cárceles para visitar a los presos, solo me han negado entrar a ver a (la expresidenta) Jeanine Áñez. Estoy cansada de esas acusaciones, soy legalmente la autoridad de esta institución. Tengo mi credencial de permanencia indefinida en Bolivia”.
Aunque Carvajal no se ha pronunciado sobre las amenazas de los Wila Lluch’us -afines al MAS-, la Apdhb anunció que tomará acciones legales al respecto, y pidió a la Policía y el Ministerio Público que haga las investigaciones del caso.
Franco Albarracín, secretario jurídico de la APDHB, dijo que “amenazas de este calibre deberían provocar la respuesta inmediata de investigaciones de oficio de la Policía y del Ministerio Público, de lo contrario nosotros estaríamos abiertos a denunciar, porque estarían avalando estas declaraciones”.