Arrancamos el 2022 nuevamente a la sombra de lo que hace o deja de hacer la Reserva Federal de los Estados Unidos. La inflación ya tiene poco de transitoria, y cada vez más de estructural, contrariamente a lo que Jerome Powell ha tratado de mostrar sin éxito desde el inicio de la pandemia: la inflación se encuentra en el 6,2%, máximos de 30 años.
Las consecuencias de este problema, como no podía ser de otra manera, se las están observando en caídas sostenidas de los principales índices en bolsa desde inicios de 2022, y el pesimismo sobre la economía real, cuya recuperación empieza a confirmar la forma advertida de W, es decir, de fuerte caída, pronta recuperación y nuevas caídas.
Es cierto, aunque se espera menor crecimiento este año, todavía existe crecimiento, por eso las posiciones en portafolios se acomodan en este sentido, pero, con una mirada más de largo plazo, los problemas estructurales se convierten en el mayor desafío.
Por ejemplo, Ark Investment Management LLC, y de manera más precisa, el famoso ARKK Innovation ETF, de Cathie Wood, que estaba expuesto a prácticamente todos los activos que se cree que son objeto de burbuja por los estímulos monetarios de la Fed, ha caído casi un 50% desde máximos, y aunque siempre hay que tener cuidado con las alertas de grandes inversores que tienen mucha influencia sobre los movimientos de mercados de corto plazo, Bill Ackman ha advertido ya que la caída ya ha comenzado (también lo han vuelto a hacer otros como Harry Dent, y siempre es bueno escuchar a El-Erian y Ray Dalio).
El presidente de la Fed de St. Louis, James Bullard, dijo esta semana que la Fed podría incrementar las tasas de interés tan pronto como marzo, y tanto Goldman Sachs como JP Morgan esperan que esto suceda al menos cuatro veces solamente durante 2022.
Esto significa que, por un lado, el ritmo de compras de activos será relativamente menor, pero que los estímulos van a mantenerse, pero, por otro lado, si acaso los incrementos son suficientemente elevados como para detener la inflación de manera definitiva, también podrían provocar un cambio de tendencia, es decir, un pinchazo de la mentada everything bubble.
Ya ni hablemos por ahora del segundo escenario, que, aunque finalmente purgaría todos los errores cometidos durante el auge, sería catastrófico. Sin embargo, respecto del primero, sería suficiente para que los capitales ya busquen activos más defensivos y encuentren mejores rendimientos en EEUU, lo cual, al mismo tiempo, significaría el inicio de una importante salida de capitales sobre todo de mercados emergentes.
América Latina en particular será la región de menor crecimiento del mundo en 2022, según el FMI, cuyas próximas proyecciones el 25 de enero serán probablemente todavía más pesimistas para la región.
El principal problema en la región es que la gran mayoría de gobiernos, por no decir que todos, han estado haciendo todos los méritos para ahuyentar capital, y este año habrá todavía menos por las políticas de la Fed.
Lo mínimo a advertir es que podría registrarse caídas significativas en los mercados financieros, la demanda de Estados Unidos por los productos y servicios de la región caería, y la gran generalidad de gobiernos, que tienen pocas reservas para enfrentar una salida brusca de capitales, observarían una caída simultánea de las monedas locales, provocando un incremento de la inflación aún mayor al que vienen sufriendo sobre todo desde 2021, como en el caso de Argentina, México, Brasil y Chile (ya ni hablar de Venezuela).
2022 trae desafíos muy importantes ya no sólo con la pandemia, que, aunque plantea señales relativamente positivas respecto de que las vacunas están haciendo su trabajo y las nuevas variantes parecen ser relativamente más débiles que en el pasado, sino también con deberes macroeconómicos que fueron postergados a cambio de ser cada vez más difíciles de resolver sin sobresaltos.
¿El incremento de precios de los commodities compensará este problema? Ciertamente no hay respuestas generales para la región. A diferencia del pasado no muy lejano, el escenario energético en América Latina no puede ser considerado como un todo, no todos los países presentan las condiciones para aprovechar la buena racha.
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