“The true contrarian reward comes when you buy something that’s bad but not quite as bad as people think.” – David Dreman
En un mundo financiero impulsado por la tecnología y dominado por el constante flujo de información, la capacidad de tomar decisiones informadas sobre cuándo comprar y vender en los mercados es fundamental para el éxito de cualquier inversor. Mientras que gran parte de la atención se centra en los momentos oportunos para entrar en el mercado, es igualmente crucial comprender cuándo es el momento adecuado para vender.
A medida que el S&P 500 continúa su ascenso este año, registrando un impresionante aumento del 12% en lo que va de 2023 y un 20% desde los mínimos de octubre, lo cual se considera el inicio de una nueva etapa de bull market, se hace imperativo examinar de cerca el panorama actual. Parece evidente que los mercados bursátiles han reconocido el impacto potencialmente transformador de la inteligencia artificial en la economía. Inicialmente, este impacto ha sido más visible en el sector tecnológico, pero se espera que se extienda a otros sectores en un futuro no muy lejano.
No obstante, es crucial analizar el contexto en el que se producen estas ganancias. Mientras las bolsas celebran, las señales de una inminente recesión en Estados Unidos y en la economía global se vuelven cada vez más evidentes. No solo la Eurozona, sino también Estados Unidos y China están experimentando un enfriamiento económico. Esta semana, tanto el Banco Mundial como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han revisado a la baja sus perspectivas de crecimiento para la economía mundial.
En este contexto, los inversores tipo “contrarian” emergen como figuras clave en la toma de decisiones. Los contrarian, aquellos que buscan ir en contra de la corriente y aprovechar las oportunidades en momentos de incertidumbre, adoptan un enfoque cauteloso frente a las alzas del mercado y reconocen la importancia de saber cuándo vender.
Los inversores contrarian se basan en una serie de factores y señales para determinar cuándo es el momento adecuado para vender. En primer lugar, evalúan la sobrevaloración de los activos y el nivel de euforia en el mercado. Un aumento significativo en los precios de las acciones sin una justificación fundamental puede indicar una burbuja especulativa. Los inversores contrarian observan atentamente la relación precio-ganancias (P/E) y otros indicadores de valoración para identificar posibles sobrevaloraciones.
Además, los contrarian también están atentos a las señales macroeconómicas y a las tendencias a largo plazo. Si bien las ganancias pueden ser atractivas en el corto plazo, los inversores contrarian toman en consideración la salud económica en general. La desaceleración económica global, las señales de recesión y las revisiones a la baja en las perspectivas de crecimiento son factores importantes a tener en cuenta a la hora de decidir cuándo vender.
La diversificación de la cartera es otro aspecto fundamental en la estrategia de los inversores contrarian. Mantener una cartera equilibrada y distribuida en diferentes activos y sectores ayuda a reducir el riesgo y permite aprovechar oportunidades en momentos de volatilidad. Los inversores contrarian consideran la diversificación como una herramienta crucial para proteger sus inversiones y mitigar los riesgos asociados con las fluctuaciones del mercado.
Además de estos factores, los inversores contrarian también analizan los eventos geopolíticos y las noticias macroeconómicas para evaluar el panorama general. Los conflictos comerciales, las tensiones políticas y otros acontecimientos globales pueden tener un impacto significativo en los mercados financieros. Los inversores contrarian están atentos a estos factores y consideran su posible influencia en las inversiones a largo plazo.
La disciplina y la paciencia son virtudes clave para los inversores contrarian. Saben que la toma de decisiones impulsiva basada en emociones puede llevar a pérdidas significativas. En lugar de dejarse llevar por la euforia del mercado o el miedo generalizado, los inversores contrarian confían en su análisis y mantienen la calma incluso en tiempos de incertidumbre.
En el contexto actual, con el S&P 500 alcanzando niveles récord mientras las señales de recesión se intensifican tanto en Estados Unidos como a nivel global, los inversores contrarian pueden ver oportunidades de venta. La aparente desconexión entre el comportamiento del mercado y los fundamentos económicos puede generar preocupación y llevar a los contrarian a considerar la reducción de sus posiciones o incluso a salir del mercado por completo.
Sin embargo, cada inversor contrarian tiene su propia estrategia y enfoque. Algunos pueden optar por reducir gradualmente su exposición al mercado, vendiendo posiciones selectivas que consideren sobrevaloradas. Otros pueden optar por una estrategia más agresiva y cerrar completamente sus posiciones para evitar mayores riesgos.
De manera más específica, suele ser de bastante utilidad estudiar los fundamentos de una empresa en concreto, como sus ingresos, ganancias, flujo de efectivo, relación precio-ganancias (P/E) y relación precio-valor contable (P/B). Comparan estos datos con los de la empresa en el pasado, así como con los de otras empresas del mismo sector, para evaluar si el precio actual de la acción refleja su verdadero valor.
Al mismo tiempo, analizan la fase del ciclo económico en la que se encuentra el mercado. Durante períodos de expansión económica, es más probable que las acciones estén sobrevaloradas debido a las altas expectativas de crecimiento. Los value investors pueden buscar señales de exceso de optimismo y euforia en el mercado como indicadores de que las acciones están sobrevaloradas.
En este sentido, como hemos afirmado en numerosas oportunidades, el ciclo económico suele estar determinado por la política monetaria de los bancos centrales. Aunque estos han estado en un proceso de agresivo incremento de tasas de interés para tratar de controlar la inflación que alcanzó máximos de 40 años hace solamente un par de años, los mercados no han caído, y aunque la inflación parece comenzar a ceder terreno, es muy temprano para cantar victoria, pues todavía falta mucho camino por recorrer cuando el objetivo de bancos como La Reserva Federal o el Banco Central Europeo (BCE) es una inflación medida por el IPC del 2%.
Finalmente, cabe destacar también que si hay una excesiva euforia y optimismo entre los inversores, puede indicar que las acciones están sobrevaloradas. Por el contrario, si hay pesimismo generalizado y un sentimiento negativo en el mercado, puede presentar oportunidades de compra típicas para los value investors.
En definitiva, es importante destacar que los inversores contrarian no siempre tienen la razón, que las rentabilidades pasadas no garantiza las rentabilidades futuras. El mercado puede continuar subiendo incluso en medio de señales de recesión y preocupaciones económicas. Sin embargo, la mentalidad contrarian se basa en la búsqueda de valor a largo plazo y en la protección del capital. Aunque puede haber momentos en los que se equivoquen, su enfoque prudente y analítico les permite minimizar los riesgos y buscar oportunidades cuando otros inversores pueden estar cegados por la euforia o el pánico.
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