Incertidumbre manejable en EEUU
La primera gran pregunta es por qué los mercados subieron desde el lunes, incluyendo el miércoles, ante tanta incertidumbre derivada de unas elecciones tan reñidas. La respuesta es que lo han hecho no porque simpaticen con Joe Biden y el Partido Demócrata necesariamente, sino porque:
- Las grandes diferencias entre las encuestas y los resultados de las elecciones no generaron sorpresa en los mercados: no se concretó la “blue wave” que aseguraban también los medios, es decir, que la victoria de Biden sería tan aplastante que los demócratas terminarían ocupando tanto el Ejecutivo como con mayoría en ambas cámaras del Legislativo, pero el Senado ha terminado siendo republicano.
- En este sentido, lo previsible con estos resultados es que no habrá un incremento masivo de impuestos ni hiper-regulaciones como pretendía Biden durante la campaña, al menos hasta 2022.
- Las relaciones de EEUU con China serán relativamente menos hostiles.
- Los estímulos de la Fed se mantienen, y lo más probable es que el gasto fiscal se mantenga o incluso se incremente.
Dow Jones Industrial Average
No obstante, lo que sí preocupa ante una victoria cada vez más cercana de Biden, es:
- Tanto la deuda pública como el déficit fiscal seguirán engrosando, a la vez que el dólar seguirá debilitándose a ritmos récord.
- El deterioro institucional y de equilibrio de poderes, y una Primera Enmienda acosada hoy más que nunca.
- ¿Cómo manejaría la Administración Biden la crisis del Covid-19, con el cierre de la economía y confinamientos masivos y forzosos?
- Se avizora el retorno de una política exterior mucho más permisiva con la línea anti-EEUU de América Latina, que se ha fortalecido recientemente con distintos eventos electorales como el boliviano y el chileno.
Eurozona y Covid-19
Mientras las vacunas se retrasan, la segunda ola de confinamientos lleva ya a Francia, Italia, Alemania, Portugal, Reino Unido de vuelta a los confinamientos. Todo apunta que esto podría extenderse de nuevo al resto de países del globo, y la recuperación podría retrasarse hasta 2022, que podría ser muy grave dado que la recuperación sobre todo de la Eurozona es muy débil y las economías están muy frágiles.
Ante este escenario, queda claro que la insolvencia no se soluciona con más liquidez, sino únicamente con ajustes y políticas de oferta, preferiblemente acompañadas con reformas estructurales. Lo único que están haciendo las políticas de estímulo fundamentalmente monetarias a corto plazo, es extender la complacencia y la excesiva toma de riesgos en los mercados.
En una perspectiva más de medio y largo plazo, las medidas llamadas como “extraordinarias” por parte de la Fed, acabarán siendo permanentes como lo han sido desde la caída de Lehman, creando nuevas burbujas y , que no acabarán convirtiéndose en estanflación más temprano que tarde. En el entretanto seguiremos con importantes niveles de incertidumbre y volatilidad.
No obstante, lo positivo en este escenario es que ya existe experiencia sobre lo que sirve y lo que no, la gente ya está preparada y no tomará a nadie por sorpresa.