Mi asesoramiento está específicamente dirigido a individuos o familias con alto patrimonio que necesitan preservarlo en el largo plazo (intergeneracionalmente), sobre todo frente al deterioro de la seguridad jurídica, que es tan común no sólo en Bolivia, sino en toda la región latinoamericana, aunque esto no quita que el objetivo sea también el de solucionar problemas sucesorios y de testamento, de privacidad y seguridad, mudanzas internacionales o simplemente de diferir impuestos.
En este sentido, ahora mismo yo soy un broker para la estructuración patrimonial internacional de mis clientes y ya no gestiono su dinero de manera directa con bancos custodios del exterior junto a mis socios, como hace varios meses. Para todo esto ahora yo cuento con los mejores proveedores posibles para distintos requerimientos específicos, entre despachos de abogados especializados, asesores financieros, gestoras de fondos de inversión independientes o bancos privados que lo reúnen todo.
“Todos los vientos son favorables para el barco que sabe dónde va,” decía Séneca. En este sentido, dado que en este tipo de planificación cada caso es distinto y no existe un asesoramiento ni una oferta estándar, para arrancar es imprescindible tener claro el propósito por el que quieres internacionalizar tus activos más líquidos, eligiendo entre dos caminos distintos: el del crisis investing o la internacionalización de activos.
1. El Crisis Investing
El crisis investing se traduce en mantener una posición adecuadamente estructurada preferiblemente en el exterior, y lo suficientemente fuerte como para esperar el mayor desastre económico generalizado posible y comprar cuanto activo infravalorado por el mercado sea posible.
Esto es para quienes no sólo tienen un conocimiento económico e inversor profundo y extendido, sino, además, haber hecho los deberes previamente; los hay. Es decir, quienes hayan estado esperando para comprar no son precisamente quienes protagonizaron la fiesta del auge exponiéndose y cediendo al sobre-endeudamiento y el sobre-consumo, sino todo lo contrario, absteniéndose de hacer lo que ha hecho la gran generalidad del público, sabiendo esperar, capitalizándose, investigando y estudiando la economía, el mercado y la coyuntura, manteniendo políticas de capital circulante saneado sobre su patrimonio, identificando los sectores a los que atacará y los activos concretos que terminará comprando eventualmente.
2. La internacionalización de activos
La simple internacionalización de activos tampoco es lo más recomendable, porque, a fin de cuentas, y sobre todo en los últimos 15 años, tanto la política monetaria de los principales bancos centrales alrededor del globo, como la estructura de la gran banca internacional y las normas regulatorias, han provocado mucho cambio en toda la industria, con lo cual, la solución de elegir cualquier banco y cualquier jurisdicción sin estructura legal previa podría ser peor que el problema que tratas de solucionar inicialmente.
Por esto es necesario tomar en cuenta que existen distintas estructuras legales y unas jurisdicciones que se adecuan más que otras a tus requerimientos específicos. Por ejemplo, fondos de inversión familiar, trusts protocolos familiares, fundaciones de interés privado, fideicomisos, Family Office, estrategias de internacionalización de empresas, o seguros de vida.
Igualmente, no toda jurisdicción es buena por ser simplemente offshore, ni mala por ser onshore; hay de todo. Por eso, antes de estigmatizar cualquier movimiento de liquidez significativo con cualquier banco a cualquier jurisdicción en el exterior, lo primero a tener en cuenta son las principales características y ventajas de los paraísos fiscales, que no empiezan en absoluto por la evasión fiscal ni la ilegalidad, sino que buscan, primordialmente, seguridad jurídica, privacidad y competencia fiscal, aunque los hay de distinta calidad como en todo, por eso insisto categóricamente en que debes buscar asesoramiento específico para esto.
De la misma forma, ten cuidado en elegir el banco privado más adecuado, sobre todo en cuanto a tamaño y jurisdicción; que no arrastre el deterioro de su balance ni conflictos de interés al menos desde la caída de Lehman en 2008; que se haga cargo del compliance o el due diligence (si las cosas son demasiado laxas en este sentido, es motivo de sospecha, y con seguridad que eventualmente tendrás problemas); que no te asigne simplemente un asesor financiero que se encargue de la elaboración de tu perfil inicial de riesgo, sino que te haga de compañía a lo largo del proceso de toma de decisiones.
Y finalmente, otra de las mejores opciones posibles es contratar gestoras de fondos de inversión independientes, entre otras cosas, porque están protegidos frente a quiebras bancarias al no formar parte del pasivo de estas entidades, porque son transparentes en su cotización, cuentan con suficiente liquidez al momento en que el inversor quiera recuperar su dinero, tienen seguridad jurídica y, por si fuera poco, cuentan con ciertas ventajas fiscales, etc. Sin embargo, si vas a dejar tu dinero en manos ajenas por muy calificadas que fueran, ten en cuenta que deben cumplir algunos requisitos mínimos:
- Que sus intereses estén alineados con los tuyos como su co-inversor.
- Que no pretenda redescubrir la pólvora y se ciña a lo viejo conocido.
- Que sea posible comparar su track record con el de los demás gestores cercanos.
- Que preferiblemente tenga un enfoque de largo plazo (más de cinco años), la gestión activa y la renta variable.
- Que inviertan en negocios sobre los que esté razonablemente seguro de que seguirán existiendo en los próximos 10 ó 15 años, y con gente honesta y capaz al frente.
Si necesitas de mi ayuda personal para internacionalizar tus activos más líquidos de manera legal, estructurada y segura, hacia las jurisdicciones más convenientes, contacta conmigo ahora.