Bolivia: El MAS celebra 27 años en el peor momento político de su historia hasta el momento

Este martes el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, actualmente sus principales líderes, ha celebrado 27 años del nacimiento del partido. Pero tiene muy poco de que presumir debido, fundamentalmente, a las divisiones internas cada vez más fuertes en el apetito por el poder sobre el país.

En este nuevo aniversario del MAS son varios los hechos importantes que es necesario anotar al respecto, debido a la profundización de la crisis generalizada en la que esta implosión en cámara lenta se puede traducir para el país. Las celebraciones se llevaron a cabo de manera simultánea en distintas ciudades de la nación, aunque los actos principales se desarrollaron en la ciudad de Oruro. 

Uno de los hechos más interesantes fue la ausencia de la plana mayor del evismo. Es decir, asistieron Evo Morales y García Linera, pero los principales ministros de la era Morales en el gobierno, faltaron. Sobre todo algunos de los que formaban parte del gabinete en la crisis de finales de 2019: Carlos Romero, ex ministro de Gobierno, o Juan Ramón Quintana, ministro de la Presidencia y reconocido como uno de los hombres más radicales.

Hoy Quintana parece estar relegado a la organización de talleres de formación del MAS en Cochabamba, y de manera más precisa, en el Chapare cocalero. En los últimos días, el ex ministro ha afirmado en una de estas actividades: «Tenemos que parar, porque si se divide nuestro proceso ya no nos van a ‘waskear’ (castigar físicamente, en quechua). Yo ya no voy a estar asilado en la Embajada de México. Con 25 proyectiles estaré, seguramente, tirado en la calle. Ya no va a haber perdón”.

Evidentemente, esto no solo hace más que sumar las pruebas de las divisiones y pugnas por el poder que ya se arrastran desde hace al menos un año atrás, pero el discurso de Quintana además demuestra que existe desesperación en el evismo, y que los problemas en el partido van a radicalizarse.

En esa misma línea, Morales publicó un mensaje en sus redes sociales: «Alertamos a nuestra militancia que grupos organizados por operadores políticos incrustados en las FF.AA. de Bolivia, se preparan para provocar peleas mañana en la celebración de los 27 años del MAS-IPSP en #Oruro. Agradecemos a uniformados patriotas por advertirnos oportunamente».

Ya en los actos de celebración, al tiempo de llamar a iniciar una “segunda Revolución Democrática y Cultural” en Bolivia, desafió a sus detractores diciendo lo siguiente: “Digan lo que digan, hagan lo que hagan el imperio y la derecha boliviana, este movimiento político, hermanas y hermanos, no estamos en la Casa Grande del Pueblo de inquilinos, no estamos de paso, nos vamos a quedar para toda la vida con la unidad del pueblo boliviano”.

Rolando Cuéllar, el diputado cruceño del MAS recientemente expulsado del partido, ha vuelto a decir que la renovación en el partido es irreversible, y ha desafiado a Quintana a jubilarse “porque en la gestión de Arce es un estorbo”, porque ganaron las elecciones nacionales sin la vieja rosca, que se encontraba en hoteles 5 estrellas, y que se presente a un solo congreso del MAS “para ver cómo le va”.

Román Loayza, un ex dirigente del MAS decepcionado, y uno de los mentores para el nacimiento de esta fuerza política, ha dicho que “El MAS que se quede como el partido de Evo Morales, pero el IPSP (Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos) es de los bolivianos. Vamos a hacer nuestro proyecto político, una refundación. Evo tiene que descansar con sus pescados y arroceras. Que siga siendo presidente de las seis federaciones del Trópico”.

Pero de manera más interesante todavía, Loayza ha recordado los auténticos orígenes del MAS, y aquellas retorcidas ideas por las que hoy los principales dirigentes del partido de uno y otro frente manifiestan sus frustraciones: en 1987, este partido habilitó la personería jurídica que hoy representa la base social del denominado IPSP, y aceptó el color azul como símbolo de herencia del fascismo de la antigua Falange Socialista Boliviana (FSB).

Esto es el Movimiento al Socialismo. Este partido ha demostrado sobradamente que está dispuesto a absolutamente todo por preservar el poder, al más puro estilo de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Rusia, de acuerdo con el propio jefe cocalero.

Peor todavía: no será extraño que en un futuro próximo la oposición política de hoy se incline e incluso establezca un pacto hacia el “voto útil” en favor de Arce antes que por Morales (si acaso este logra postularse nuevamente), así como ayer lo hizo por Carlos Mesa ante Arce (un Mesa que hoy no puede ser más funcional al régimen en fiel congruencia con su eterno oportunismo político). Solamente hay que recordar cómo ha llenado de elogios a Arce en el pasado mientras fue ministro de Morales.

Entretanto, el conjunto de la ciudadanía seguirá asistiendo a una histórica implosión política digna de análisis y estudio respecto de todo lo que se tiene que hacer, paso a paso, si acaso el objetivo es hundir a todo un país en la miseria del narco-socialismo.

Columna originamente publicada en La Gaceta de la Iberosfera, el 30 de marzo de 2022.

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