Estructuración patrimonial internacional para tiempos de crisis

Las crisis económicas generalizadas se gestan durante la etapa del auge insostenible, una etapa donde suelen observarse toda una serie de errores generalizados de inversión (nuevas empresas o nuevas líneas de negocio) realizados a raíz de una política económica enfocada en el estímulo del gasto, el consumo y el sobre endeudamiento que llevan a expandir la demanda a niveles artificiales. Esta serie de errores, a su vez, suelen ser iniciados estableciendo estructuras societarias débiles e improvisadas que, en el mejor de los casos, son corregidas sobre la marcha y que, sobre todo, involucra socios del entorno inmediato como la familia o los viejos amigos con grandes patrimonios.

Durante la etapa inicial, los incentivos de poder y dinero, propios de la naturaleza de todo ser humano dentro de la empresa, no suelen traer demasiados conflictos de interés; total, los flujos derivados fundamentalmente del gasto público y estímulo monetario y crediticio se han mantenido durante cierto tiempo y han sido relativamente abundantes, al punto de que se simula que el deterioro del balance de la empresa o del conjunto del patrimonio que genera la adquisición de activos típicamente de mala calidad con cargo a deuda, no constituye problema alguno. Sin embargo, cuando viene la inevitable etapa del ajuste y liquidación forzosa, recién se advierte que cada centavo cuenta y que, más aún, aquella estructura inicial no era la más adecuada no sólo porque no garantiza una correcta solución de conflictos entre las partes, sino que incluso los agrava rompiendo vínculos familiares, amistosos y, desde luego, destruyendo riqueza de manera traumática.

Todo esto es típico de países con mucha debilidad institucional y mucho riesgo político, con bajos niveles de respeto por los derechos individuales de propiedad privada, de muy bajas tasas de cumplimiento de contratos y regímenes impositivos muy elevados y complejos, o donde se prepondera la cultura de la especulación de corto plazo y se desmoraliza el trabajo bien hecho y la cultura empresarial tradicional, el desarrollo prudente de empresas con espíritu de permanencia y consecución de objetivos de largo plazo.

No obstante, siempre hay maneras de diluir toda esta clase de riesgos internos y externos sin necesariamente mudarse a otro país. Para esto se ha ideado la estructuración patrimonial internacional mediante el cual se separa el patrimonio familiar del capital empresarial bajo distintas figuras fiduciarias que obedezcan la voluntad y mandato específico del mayor propietario de los activos y sus involucrados directos, como fondos de inversión familiar, trusts, protocolos familiares simples, fundaciones de interés privado, fideicomisos, Family Office, internacionalización de empresas, seguros de vida, etc; que también requiere de distintos servicios profesionales internacionales complementarios como el de despachos de abogados especializados, bancos privados y depositarios, estudios de contadores; y que funcionan tradicionalmente mejor en jurisdicciones con legislación amigable con la propiedad privada, que suelen ser las offshore.

Para esto es necesaria una estructura fiduciaria adecuada para las necesidades específicas, que pueden abarcar desde la planificación sucesoria dentro y fuera de la empresa, pasando por la protección de activos contra extorsiones, hasta la simple búsqueda de eficiencia de la administración de un gran patrimonio. Pero hay que tener cuidado, muchas veces es mucho mejor adaptarse a una estructura fiduciaria simple y preestablecida, en vez de tratar de que la familia y su patrimonio se adapten a una estructura tan compleja que solamente termina entorpeciendo todavía más los objetivos de la preservación o crecimiento patrimonial de largo plazo.

Finalmente, Siempre es mejor adelantarse un año que decidirse un minuto tarde. A partir de distintas crisis internacionales en los últimos años, el establecimiento de una estructura fiduciaria offshore se ha vuelto cada vez más complejo, puesto que, además del propio análisis que la estructura actual de generación de riqueza requiere, es preciso considerar que el proceso de compliance para la apertura de cuentas con bancos privados y selección final de proveedores específicos requiere de mucho tiempo.

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